NECROLÓGICAS

Carlos de Godó y Valls, conde de Godó, propietario de 'La Vanguardia'

La muerte de Carlos de Godó, no por temida, dada su delicada salud y también su edad, 88 años, sobresalta y acongoja. Era el actual conde de Godó un nieto de CarIos de Godó y Pie, que fue alcalde y diputado por Igualada, así como uno de los dos fundadores de La Vanguardia, creada precisamente para que fuera el órgano del partido liberal barcelonés; y era hijo de Ramón de Godó y Lallana, también diputado por Igualada y primer conde de Godó.Le tocó a Carlos Godó, desde 1931, a la muerte de su padre, hacerse cargo de La Vanguardia en época difícil. Monárquico sincero y convencido, j...

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La muerte de Carlos de Godó, no por temida, dada su delicada salud y también su edad, 88 años, sobresalta y acongoja. Era el actual conde de Godó un nieto de CarIos de Godó y Pie, que fue alcalde y diputado por Igualada, así como uno de los dos fundadores de La Vanguardia, creada precisamente para que fuera el órgano del partido liberal barcelonés; y era hijo de Ramón de Godó y Lallana, también diputado por Igualada y primer conde de Godó.Le tocó a Carlos Godó, desde 1931, a la muerte de su padre, hacerse cargo de La Vanguardia en época difícil. Monárquico sincero y convencido, jamás dejó de acudir a la llamada de su señor, aunque bien es cierto que compaginaba su lealtad con una prudentísima actitud que hacía que no peligrara la vida del diario en esos tristes, largos y mediocres años de dictadura. Allí empecé a escribir artículos de colaboración, encontrando a dos directores que fueron sobre todo grandes caballeros de los pies a la cabeza: Javier de Echarri, ya fallecido, y Horacio Sáenz Guerrero. ¡Cuántas noches en las que, hora tras hora, Echarri o Sáenz Guerrero dulcificaban mis escritos para que La Vanguardia no cayera bajo el peso de la represión de la mordaza franquista! Y en honor de Carlos de Godó debo decir que en momentos decisivos y no exentos de riesgo, cuando me dirigí a él pidiéndole una toma de posición más firme frente a la dictadura, le encontré muy a menudo accesible y bien dispuesto. Deportista amante y practicante del tenis, la caza y la náutica, creó el importante torneo tenístico internacional de su nombre y fue distinguido con la Orden del Mérito Olímpico; continuador de las actividades mercantiles familiares, presidió la cámara española del yute y la asociación textil de polifinas, además de ser miembro del consejo del Banco de España y del Banco Central, de La Catalana de Seguros y de Occidente, entre otras empresas; emprendedor y partícipe de múltiples aventuras periodísticas, como las de La Gaceta Ilustrada, Historia y Vida, Diario de Barcelona, TelelExpres, Nuevo Diario de Madrid, España de Tánger, La Codorniz, Dicen, El Mundo Deportivo..., fue presidente de la Asociación de Empresarios de Diarios Españoles y con motivo del centenario de la muerte de su padre instituyó en su memoria un premio de periodismo; amigo de los buenos placeres, Carlos de Godó era cordial, simpático, abierto y hasta cariñoso. La muerte de su mujer, hace ahora un año, le afectó tremendamente, aunque mientras pudo continuó acercándose a su querido periódico.

Tengo la certeza de que con Javier de Godó La Vanguardia irá recobrando ese tono liberal que pretendieron darle sus fundadores y al que, desdichadamente, en algunas etapas de dictaduras de varios signos y en otras de dictadura camuflada, ha tenido que renunciar. Pero espero que ese tono liberal será un tono liberal de hoy y no "liberal" como muchos de aquellos que osan ahora llamarse liberales.

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