Sáez sustituye a Iríbar en el Bilbao Athlétic

José Ángel Iríbar, el mítico Chopo, cerró el jueves, con su cese como entrenador del Bilbao Athlétic, el año más amargo de su dilatada carrera, ligada al Athlétic desde 1962. La trayectoria del filial bilbaíno, hundido en la clasificación de Segunda A, ha provocado la salida de Iríbar, la principal víctima del seísmo alimentado por el cese de Javier Clemente como entrenador del Athlétic. Iñaki Sáez conducirá al Bilbao Athlétic hasta final de temporada.

Iríbar, un hombre introvertido, extraordinariamente fiel al club, se vio obligado a aceptar el cargo de entrenador del Athlétic, pocos m...

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José Ángel Iríbar, el mítico Chopo, cerró el jueves, con su cese como entrenador del Bilbao Athlétic, el año más amargo de su dilatada carrera, ligada al Athlétic desde 1962. La trayectoria del filial bilbaíno, hundido en la clasificación de Segunda A, ha provocado la salida de Iríbar, la principal víctima del seísmo alimentado por el cese de Javier Clemente como entrenador del Athlétic. Iñaki Sáez conducirá al Bilbao Athlétic hasta final de temporada.

Iríbar, un hombre introvertido, extraordinariamente fiel al club, se vio obligado a aceptar el cargo de entrenador del Athlétic, pocos meses después del despido de Clemente, en la vorágine de una crisis histórica, sin ningún aliado firme. Aquel acto tuvo el carácter de una inmolación. Cercado por los acontecimientos, el presidente Aurtenetxe, que nunca se había sentido cercano a Iríbar, creyó ver en el carisma popular del Chopo un remedio.Aquella designación ha sepultado la carrera de Iríbar. Hasta entonces era el feliz entrenador del Bilbao Athlétic, un técnico satisfecho que había conducido al filial a un subcampeonato de Liga en la temporada 82-83 y jamás había tenido problemas para situar al equipo en las zonas tranquilas de la clasificación. Entre sus ambiciones figuraba entrenar al primer equipo, pero nunca en aquel marasmo que enfrentaba a directivos, aficionados, jugadores y Prensa. Pero Aurtenetxe le exigió aceptar aquel regalo envenenado.

Por momentos, durante el primer tercio del campeonato, la posición de Iríbar pareció firme. El Athlétic llegó a mantenerse varias jornadas en el tercer puesto. Sin embargo, al final de la primera vuelta, el germen del desastre se había instalado en el equipo. Todos los jugadores veteranos, excepto Biurrun, que procedía del Osasuna, sufrieron los efectos de una espectacular plaga de lesiones, casi todas musculares y algunas de ellas sorprendentemente largas. Con el equipo deshecho, Iríbar tuvo que afrontar una cadena de malos resultados y tensiones en la plantilla.

El Athlétic sólo ganó dos partidos en la segunda vuelta de la Liga, entre la crispación de la hinchada, que tuvo que soportar la humillación de ver al equipo en el grupo que disputó el play off de descenso. Alejado de los jugadores veteranos, que nunca se sintieron identificados con el carácter reservado de Iríbar, el técnico vivió un calvario durante sus últimas semanas. Solo y desorientado aguantó hasta junio, convertido en la viva imagen de un bonzo, mientras Aurtenetxe, directivo de una agencia de publicidad, tramitaba el fichaje de Howard Kendall.

La vuelta de Dunai

El húngaro Antal Dunai se hizo cargo del Murcia, tras el cese del anterior entrenador, Antonio Benítez, informa Luis Orche. Es probable que Dunai haga debutar mañana al brasileño Luis Carlos.

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