Crítica:

Alrededor de la ambigüedad

En 1952, un año tan sólo después de Un tranvía llamado deseo, Elia Kazan y Marlon Brando volvieron a unir sus esfuerzos para Viva Zapata, una ambiciosa producción que partía de un guión del prestigioso e inquieto John Steinbeck, el escritor de La perla y Las uvas de la ira.Viva Zapata es un filme de calidad, pues a la febril y exacta puesta en escena de Kazan y a la portentosa caracterización de Brando como Emiliano Zapata acompañan otras interpretaciones de altura (Anthony Quinn, por ejemplo, quien por su encarnación de Eufemio Zapata, hermano de Emiliano, obtuvo el Oscar...

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En 1952, un año tan sólo después de Un tranvía llamado deseo, Elia Kazan y Marlon Brando volvieron a unir sus esfuerzos para Viva Zapata, una ambiciosa producción que partía de un guión del prestigioso e inquieto John Steinbeck, el escritor de La perla y Las uvas de la ira.Viva Zapata es un filme de calidad, pues a la febril y exacta puesta en escena de Kazan y a la portentosa caracterización de Brando como Emiliano Zapata acompañan otras interpretaciones de altura (Anthony Quinn, por ejemplo, quien por su encarnación de Eufemio Zapata, hermano de Emiliano, obtuvo el Oscar al mejor secundario), una muy sólida fotografía de Joe McDonald y una banda sonora espléndida de Alex North, con Steiner, Hermann y Rota, uno de los grandes músicos cinematográficos de todos los tiempos.

Detrás de esa perfección, no obstante, queda la ambigüedad que siempre ha empañado ideológicamente Viva Zapata, la falta de concreción sobre esa revolución del campesino y el idealismo de Zapata, presentado por Kazan más como una utopía individual que como una hazaña colectiva. Ambigüedad, por otra parte, que no habría de extrañar a nadie, dado el comportamiento de Kazan ante los hechos del senador McCarthy.

Viva Zapata se emite hoy por TVE-1, a las 22.20.

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