La difícil sucesión de Marcelino Camacho

Antonio Gutiérrez, de 36 años, es el encargado de enfrentarse a la complicada sucesión de Marcelino Camacho, un líder irrepetible. El heredero se va a rodear de un equipo muy cohesionado, con el que se completa la renovación generacional. La edad de los miembros del nuevo secretariado está en torno a los 35 años.Quienes mejor le conocen, definen al futuro dirigente de CC OO como una persona muy inteligente, firme en sus ideas, aunque nada dogmático, equilibrado y buen conocedor del sindicato. Para los dirigentes de la corriente mayoritaria, es el hombre con la necesaria capacidad de int...

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Antonio Gutiérrez, de 36 años, es el encargado de enfrentarse a la complicada sucesión de Marcelino Camacho, un líder irrepetible. El heredero se va a rodear de un equipo muy cohesionado, con el que se completa la renovación generacional. La edad de los miembros del nuevo secretariado está en torno a los 35 años.Quienes mejor le conocen, definen al futuro dirigente de CC OO como una persona muy inteligente, firme en sus ideas, aunque nada dogmático, equilibrado y buen conocedor del sindicato. Para los dirigentes de la corriente mayoritaria, es el hombre con la necesaria capacidad de integración y quien reune las mejores condiciones para sustituir al veterano líder. Sus oponentes, los carrillistas, le consideran un burócrata y le critican que no sea un líder de fábrica.

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Los dirigentes de la patronal y algunos ministros socialistas creen que es un gran negociador, muy duro, dispuesto a discutir todo, pero a quien no le gusta firmar acuerdos. A todos ha sorprendido como Antonio Gutiérrez ha tomado las riendas del sindicato en apenas nueve meses, desde que Camacho, el mismo día que cumplía 69 años, hizo pública su intención de pasar a ocuparse de otras tareas.

Entre los cuadros del sindicato Gutiérrez goza de un considerable prestigio, aunque es desconocido para muchos afiliados. En los últimos cuatro años ha estado detrás de las grandes decisiones, casi siempre en la sombra. Es el fontanero de la sexta planta.

Forma parte de la dirección del sindicato desde la Clandestinidad y milita en el Partido Comunista de España (PCE) hace veinte años. Desde 1978 es el responsable de Prensa e Imagen.

La decisión de que sea él el sucesor de Camacho ha sido posible tras largas conversaciones de los miembros de la nueva mayoría -gerardistas, prosoviéticos, independientes, corriente socialista autogestionaria y afiliados a Euskadiko Esquerra

Reuniones en 'la Trini'

Desde febrero han venido manteniendo reuniones, la mayor parte en "la Trini" -la sede del Comité Central del PCE, situada en la calle Santísima Trinidad de Madrid-, lo que hace recelar a los carrillistas. A ello la otra corriente responde que el lugar de las reuniones es pura anécdota y aseguran que en el debate han participado exclusivamente los cuadros del sindicato.Más candidatos en firme no ha habido, pero sí se han barajado otros nombres. Entre ellos, Francisco Frutos, Emilio Huertas Triqui, José Luis López Bulla, Agustín Moreno y Juan Moreno. Las posibilidades que tenía Julián Ariza quedaron anuladas cuando este dirigente, considerado hasta hace tres años el sucesor indiscutido de Camacho, se unió a Santiago Carrillo en la ruptura del PCE.

Un interrogante queda pendiente hasta que concluya el congreso: cómo van a quedar las relaciones personales entre los miembros de las distintas corrientes y qué va a pasar el día después. Marcelino Camacho asegura que "no va a ocurrir nada tras un congreso más democrático que el de ninguna otra organización. Habrá una dirección lo más pluralista posible, tanto como lo permitan algunos compañeros". No es tan optimista Julián Ariza. Son muchas heridas abiertas.

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