GENTE

Viktoria Rankvist,

de 73 años, que vive en Akkapakte, una pequeña aldea en la montaña al norte de Suecia, disfrutará por primera vez en su vida de corriente eléctrica en su cabaña, después de que el Ente, Regional de la Energía tomase la decisión de proporcionar electricidad a la aldea. Viktoria cuenta que hace 28 años vio por primera vez una bombilla eléctrica, y desde entonces estuvo esperando poder disfrutar de ese adelanto en su cabaña. Su esposo debía caminar 13 kilómetros para llevar la carne al refrigerador de un pariente, y en el trayecto atravesaba tres lagos. Viktoria, que manifiesta sentirse muy feliz...

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de 73 años, que vive en Akkapakte, una pequeña aldea en la montaña al norte de Suecia, disfrutará por primera vez en su vida de corriente eléctrica en su cabaña, después de que el Ente, Regional de la Energía tomase la decisión de proporcionar electricidad a la aldea. Viktoria cuenta que hace 28 años vio por primera vez una bombilla eléctrica, y desde entonces estuvo esperando poder disfrutar de ese adelanto en su cabaña. Su esposo debía caminar 13 kilómetros para llevar la carne al refrigerador de un pariente, y en el trayecto atravesaba tres lagos. Viktoria, que manifiesta sentirse muy feliz, espera poder ahora concretar otro deseo por el que espera desde hace 52 años: tener teléfono.

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