NECROLÓGICAS

Rudoff Hess, ex lugarteniente de Hitler

Walter Richard Rudolf Hess, el que fuera lugarteniente y delfín de Adolf Hitler, falleció ayer a los 93 años en la prisión de Spandau, en Berlín Oeste. Rudolf Hess nació en Alejandría (Egipto) el 26 de abril de 1894, donde permaneció hasta los 12 años, en que fue enviado a estudiar a Alemania. Al comienzo de la 1 Guerra Mundial se alistó como voluntario y sirvió como piloto de aviación en el frente del este.

Tras la derrota de Alemania, y al iniciar sus estudios de economía en Múnich, entabló amistad con Hitler. Hess, que militó en la asociación Thule en 1919, se afilió un año m...

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Walter Richard Rudolf Hess, el que fuera lugarteniente y delfín de Adolf Hitler, falleció ayer a los 93 años en la prisión de Spandau, en Berlín Oeste. Rudolf Hess nació en Alejandría (Egipto) el 26 de abril de 1894, donde permaneció hasta los 12 años, en que fue enviado a estudiar a Alemania. Al comienzo de la 1 Guerra Mundial se alistó como voluntario y sirvió como piloto de aviación en el frente del este.

Tras la derrota de Alemania, y al iniciar sus estudios de economía en Múnich, entabló amistad con Hitler. Hess, que militó en la asociación Thule en 1919, se afilió un año más tarde al Partido Nacional socialista (NSDAP). Tras participar junto al líder nazi en el fracasado golpe de Estado de noviembre de 1923, huyó a Austria, pero regresó voluntariamente al penal de Landsberg, donde editó gran parte del manuscrito de Hitler Mein Kampf. En 1925 fue nombrado secretario particular de Hitler, y en 1932, presidente del Comité Central del Partido Nacional socialista. Cuando Hitler obtuvo el poder en 1933, Rudolf Hess fue nombrado miembro del Reichstag y entró a formar parte del Gobierno. En 1939 fue nombrado segundo sucesor de Hitler en el mando supremo, inmediatamente después de Göring.

El 10 de mayo de 1941, Hess voló secretamente hasta Escocia con una propuesta de paz en la que pedía carta blanca para Alemania en Europa a cambio de la promesa alemana de respetar la integridad del imperio británico y devolver las antiguas colonias británicas. Sus propuestas no tuvieron ningún eco, poniendo al mismo tiempo a Hitler en aprieto ante la opinión pública, y fue mantenido como prisionero durante el resto de la guerra.

Condenado en el proceso de Nüremberg a prisión de por vida, permaneció desde 1946 en la prisión berlinesa de Spandau, de la que fue su único recluso en los últimos 21 años, tras haber sido liberado Albert Speer en 1966.

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