Crítica:'ESCALOFRIO EN LA NOCHE'

Pínchala otra vez, Clint

Harto quizá de tanto cortar digestiones a balazo limpio y de componer siluetas estatuarias de difícil penetración, Clint Eastwood decidió, en 1971, cambiar de registro. Se convirtió en un locutor de radio de melosa voz y pinchadiscos de suave gusto musícal a quien una fan empieza a acechar, primero a través de las ondas, después personalmente. Clint la acepta gustoso. Pero esa chica no tarda en revelarse un como un notable caso patológico, y su historia, nuestra historia, en trocarse en angustioso thriller.Lo bueno del caso es que Clint Eastwood no se conformó con interpretar su ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Harto quizá de tanto cortar digestiones a balazo limpio y de componer siluetas estatuarias de difícil penetración, Clint Eastwood decidió, en 1971, cambiar de registro. Se convirtió en un locutor de radio de melosa voz y pinchadiscos de suave gusto musícal a quien una fan empieza a acechar, primero a través de las ondas, después personalmente. Clint la acepta gustoso. Pero esa chica no tarda en revelarse un como un notable caso patológico, y su historia, nuestra historia, en trocarse en angustioso thriller.Lo bueno del caso es que Clint Eastwood no se conformó con interpretar su atípico papel, sino que además dirigió la película. El aficionado, tras rasgarse las vestiduras, tuvo que volver a coserlas y reconocer que no se desenvolvió nada mal. Hoy, más de tres lustros después, Eastwood lleva ya una docena larga de películas dirigidas, y, al lado de discutibles productos, películas de la talla de El aventurero de la medianoche o El jinete pálido evidencian un alto nivel artístico y talento sobradó, como lo demuestra Escalofrío en la noche. Talento probablemente recibido de Don Siegel, uno de sus directores habituales, quien se reserva una fugaz aparición en esta cinta en el papel de barman.

Escalofrío en la noche se emite hoy, a las 22.15, por TVE-1.

Archivado En