GOLF

Faldo, el campeón inesperado en Muirfield

"Sabía que lo iba a conseguir.. Sabía que lo iba a conseguir..." Así saludó Nick Faldo su victoria en el 116º Open Británico, tras besar emocionado a Gill, su mujer, a su hija Natalie y, naturalmente, al trofeo. Nick Faldo ha venido a unirse a los grandes triunfadores que ha dado Muirfield, donde Jack Nicklaus y Gary Player lograron su primer Open Británico y donde Tom Watson ganó el tercero de los cinco títulos que ha conseguido.Faldo, que el sábado, tercer día de competición, cumplió 30 años, no figuraba entre los favoritos para esta edición, en la que tuvo un cumpleaños feliz. Incluso despu...

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"Sabía que lo iba a conseguir.. Sabía que lo iba a conseguir..." Así saludó Nick Faldo su victoria en el 116º Open Británico, tras besar emocionado a Gill, su mujer, a su hija Natalie y, naturalmente, al trofeo. Nick Faldo ha venido a unirse a los grandes triunfadores que ha dado Muirfield, donde Jack Nicklaus y Gary Player lograron su primer Open Británico y donde Tom Watson ganó el tercero de los cinco títulos que ha conseguido.Faldo, que el sábado, tercer día de competición, cumplió 30 años, no figuraba entre los favoritos para esta edición, en la que tuvo un cumpleaños feliz. Incluso después del primer día, cuando había hecho 68 y estaba quinto, sólo se le cotizaba 40-1 en las apuestas. También, es verdad, era de esos jugadores que poca gente quería ver ganador del British, incluso entre sus propios compatriotas, aunque tiene tras de sí un reconocimiento de buen jugador que ahora ha entrado en los anales del golf. No ha sido un campeón brillante, pero ha sido el campeón. Acabar con 18 pares no es precisamente lo que se espera de un ganador del Open Británico, pero tampoco era fácil cumplir el par de cada, hoyo en una jornada ventosa, con niebla y con los nervios de jugarse un título así.

Ya es sabido que en golf suele ganar quien menos errores comete. Y es lo que hizo Faldo, convirtiéndose en el tercer europeo que gana el British en las últimas cuatro ediciones, manteniendo el veto de triunfos norteamericanos, 1 ganadores en 12 de las 14 ediciones anteriores.

Faldo, en 1983, cuando ganó cinco torneos en Europa, pareció convertirse en la auténtica esperanza británica de ser la gran alternativa al dominio de Severiano Ballesteros. No fue así, y cuando marchó a Estados Unidos a confirmar su capacidad de gran jugador se encontró con que perdió finalmente la tarjeta. No consiguió mantener un nivel que le había llevado a ganar el Heritage en 1984. Este año ha vuelto a Europa con la esperanza de volver a ser el número uno, como lo fue hace cuatro temporadas. Lleva un año confiado tras el duro entrenamiento a que se sometió después del fracaso de las dos últimas campañas, "que fueron frustrantes, sobre todo la de 1985", en palabras del propio Faldo. En 1987 ha ganado una prueba del segundo Tour norteamericano, y cuando ha vuelto a Europa ha logrado brillantes clasificaciones (cinco posiciones entre los cinco primeros) volviendo a ganar, cosa que no hacía desde el Car Care de 1984. Su victoria fue, precisamente, en el Peugeot Open de España, donde en la final también entregó una tarjeta al par del campo, pero que le bastó, con mucho viento, para ganar a Severiano Ballesteros y a Hugh Baiocchi. Allí, en Marbella, porque Baiocchi y Severiano fallaron en los últimos momentos; en Muirfield porque el norteamericano Azinger falló en los dos hoyos finales del campeonato.

Faldo acaba de lograr su decimosegunda victoria en el circuito europeo y el primer grande, el British, prueba más antigua de las cuatro del Gran Slam, en la que ya fue quinto el año pasado, también con difíciles condiciones climatológicas. Dice que ganar en Muirfield ha sido posible gracias a su gran comienzo con tres birdies consecutivos el primer día, y a Dave Leadbetter, que le ayudó a cambiar el swing, y sobre todo al buen juego de bunker que mantiene desde hace año y medio.

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