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El Tour de Francia se distribuye en 25 etapas y una prólogo que dan, por su trazado, oportunidad a sus especialistas: los buenos contrarrelojistas, los sprinters, los escaladores, los grandes equipos y los amantes de las escapadas en solitario.Para los rodadores, el Tour dispone de hasta 17 etapas llanas, algunas de ellas suficientemente largas: 11 de las 25 superan los 200 kilómetros.

Los contrarrelojistas podrán frotarse las manos ante los 88 kilómetros de la décima, en la que incluso está dispuesto un control de avituallamiento cerca del kilómetro 30. La penúltima etapa, en Ti...

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El Tour de Francia se distribuye en 25 etapas y una prólogo que dan, por su trazado, oportunidad a sus especialistas: los buenos contrarrelojistas, los sprinters, los escaladores, los grandes equipos y los amantes de las escapadas en solitario.Para los rodadores, el Tour dispone de hasta 17 etapas llanas, algunas de ellas suficientemente largas: 11 de las 25 superan los 200 kilómetros.

Los contrarrelojistas podrán frotarse las manos ante los 88 kilómetros de la décima, en la que incluso está dispuesto un control de avituallamiento cerca del kilómetro 30. La penúltima etapa, en Tijon, también será una contra reloj de 38 kilómetros, para, en medio de los Alpes, disponer la organización una contra reloj montañosa de casi 37 kilómetros. Mañana, por otra parte, se celebrará la prueba por equipos, de 40 kilómetros y suficiente para que colombianos y españoles se Vean relegados a las últimas posiciones.

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Finalmente, los especialistas en la alta montaña cuentan con arsenal suficiente para demostrar su fortaleza, con un total de 99 puertos y cuatro etapas con final en una cima, dos de ellas de categoría especial, L'Alpe d'Huez y La Plagne.

Así pues, el Tour ofrece ventaja a cada cual, aunque nadie dude de que el vencedor final tendrá que ser un corredor que no pierda ventajas decisivas en algunas de las especialidades importantes. Pero, según los técnicos, el Tour es la única prueba que permite a un corredor mantener esperanzas hasta el final o remontar diferencias que serían irreversibles en otros campeonatos. Naturalmente, esta opinión es la de los técnicos españoles, que saben muy bien que siempre están obligados a remontar. Lo malo es que esas diferencias iniciales han sido irreversibles al menos desde que Luis Ocaña ganara el último Tour, y eso fue hace demasiado tiempo.

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