Los Seattle Supersonics, sorpresa de última hora en la NBA

Un equipo que durante la temporada regular ganó 39 partidos y perdió 43 está siendo la sorpresa en la fase final de la NBA. Los Seattle Supersonics, considerados carne de cañón al iniciarse la fase final, están en semifinales, dispuestos a ponérselo difícil a los Lakers y tras dejar fuera a los Houston Rockets, el equipo, de las torres gemelas.

Quiénes son estos atrevidos de Seatle que ni respetan ni creen en mitos como las torres gemelas o Magic Johnson? ¿Por qué están en las semifinales de la fase final enfrentándose a los Lakers de Los Ángeles y no en casa, disfrutando de los ...

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Un equipo que durante la temporada regular ganó 39 partidos y perdió 43 está siendo la sorpresa en la fase final de la NBA. Los Seattle Supersonics, considerados carne de cañón al iniciarse la fase final, están en semifinales, dispuestos a ponérselo difícil a los Lakers y tras dejar fuera a los Houston Rockets, el equipo, de las torres gemelas.

Quiénes son estos atrevidos de Seatle que ni respetan ni creen en mitos como las torres gemelas o Magic Johnson? ¿Por qué están en las semifinales de la fase final enfrentándose a los Lakers de Los Ángeles y no en casa, disfrutando de los partidos por televisión? ¿Y por qué después de ganar 39 partidos y perder 43 en la temporada regular, se han transformado en la sorpresa del año?No tiene lógica el éxito de los Supersonics, que obligaron a los Lakers a sudar la gota gorda antes de caer vencidos por un margen cerrado de 92-87 en el primer partido de su semifinal, el sábado, en Los Ángeles. "No te ceden nada", dice Pat Riley, técnico de los Lakers. "No dejan de atacar. Temo que todos los partidos serán como éste".

Los Lakers creen que, van a ganar el campeonato. Los Supersonics no creen en nada, salvo en que los partidos duran 48 minutos y más si es necesario. Son obreros disfrazados de baloncestistas. Trabajan la cancha con anhelo y eficacia y ay del que se descuide. Perdían 107-102 cuando faltaban 55 segundos para el final del partido, el jueves por la noche, contra los subcampeones, Houston. Vencieron después por 128-125, en doble prórroga, para eliminar a los Rockets por cuatro partidos a dos y demostrar de una vez por todas que su triunfo sobre Dallas, en la serie anterior, no fue por un acto providencial.

"Nunca se dan por vencidos. Es una cualidad innata de este equipo", dice el técnico Bernie Bickerstaff.

Es un equipo que encesta igual desde fuera que desde dentro y que le encanta contraatacar tanto como soltar los codos afilados debajo del tablero. "No dejamos que nadie nos intimide", declara Maurice Lucas, un ala-pívot de 2,06 metros y 108 kilos de peso, que usa su cuerpo para eso mismo. "Son casi maniáticos por la manera como marcan", dice Riley.

Bickerstaff

Es un equipo engendrado en el corazón de Bickerstaff, un hombre que obró como ayudante durante 12 años bajo el mando de tres técnicos distintos en Washington con los Bullets, antes de que otro club le ofreciera la oportunidad de ser el jefe. Fichó por Seattle en 1985 y en dos años ha transformado la plantilla casi por completo. Nueve de los 12 jugadores todavía no llevan una temporada con el club. Uno de ellos es el pívot Alton Lister, que vino de los Milwaukee Bucks a cambio, de Jack Sikma y trajo con él un promedio de 2,4 tapones. Otro es la escolta de 2,01 metros Dale Ellis, nombrado la semana pasada como el jugador que más ha mejorado en la última temporada. Ellis fue traspasado desde Dallas, donde durante tres años no fue más que un suplente y marcó 9,3 puntos por partido. Esta temporada fue octavo en la Liga, con un promedio de 24,9, y desde que comenzó la fase final no falla. Encestó 36 contra Hilton en el partido decisivo y anotó la canasta de la victoria a 52 segundos del final."Lo que tenemos aquí es un montón de personas que nadie quería, entre ellos el técnico", dice Bickerstaff.

Los aleros Tom Chambers, de 2,08 metros, y Xavier McDaníel, de 2,01, anotan tanto como Ellis, pero la clave contra los Lakers será su manera de marcar. Aunque perdieron el primer partido, obligaron a los Lakers a que cambiaran casi totalmente su estilo de juego, y pueden estar orgullosos del resultado. Es la primera vez que alguien deja a los Lakers en 92 tantos este año.

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