Reportaje:

Tahsin Ojeili

Un 'omeya', director del Centro Cultural Español en Amman

Tahsin Ojeili es un omeya de nuestro tiempo: ha hecho el camino de ida y vuelta entre el mundo árabe y España. Nacido en Siria en 1943, viajó a España para estudiar, y aquí encontró nueva nacionalidad, nueva lengua y esposa, entre otras muchas cosas. Hace tres años y medio regresó a Oriente Próximo, como director del Centro Cultural Español de Amman. Tahsin Ojeili ha convertido el centro en una de las más activas representaciones culturales españolas en el exterior y en uno de los pocos lugares de encuentro de la capital del pequeño reino hachemí de Jordania.

Haber nacido en Raqqa, a or...

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Tahsin Ojeili es un omeya de nuestro tiempo: ha hecho el camino de ida y vuelta entre el mundo árabe y España. Nacido en Siria en 1943, viajó a España para estudiar, y aquí encontró nueva nacionalidad, nueva lengua y esposa, entre otras muchas cosas. Hace tres años y medio regresó a Oriente Próximo, como director del Centro Cultural Español de Amman. Tahsin Ojeili ha convertido el centro en una de las más activas representaciones culturales españolas en el exterior y en uno de los pocos lugares de encuentro de la capital del pequeño reino hachemí de Jordania.

Haber nacido en Raqqa, a orillas del Éufrates, parece haber determinado su vida. Desde allí el joven omeya Abdarramán abandono su país, para escapar de una muerte cierta a manos de la familia rival abasida. Abderramán terminó su larga fuga en Córdoba, donde fundó el emirato independiente de Al Andalus. No fueron tan dramáticos los motivos que indujeron a Tahsin Ojeili a viajar a España. La suya era una familia siria culta, acomodada y liberal, en cuyo seno Tahsin leyó a los grandes poetas hispanoárabes: Al Mutamid, Ibn Zaidun y los demás. También leyó en árabe El Quijote y obras de Federico García Lorca, Antonio Machado y Alfonso X el Sabio.Así que cuando, a los 19 años, y con "un español muy rudimentario", Tahsin llegó a Madrid ya estaba enamorado del país. Iba a estudiar Ciencias Políticas y era "un muchacho de vagas ideas nasseristas y antimperialistas". En la capital española hizo amigos entre los socialistas de izquierda. También releyó, esta vez en castellano, a sus escritores españoles favoritos, "y fue entonces cuando verdaderamente les entendí".

Convertido en 'andaluz'

Se casó en España, "por la Iglesia", con una compañera de estudios, Nati, con la que tiene tres hijos. Se imagina como uno de los árabes que dejaron a la fuerza Andalucía y que ha tenido la suerte de regresar". Y terminó por convertirse en "un andaluz", algo que él entiende como "ser tranquilo, algo escéptico, parlanchín, amante de la buena vida y poco preocupado por el futuro". El amor por el cante flamenco de Manolo Caracol y el Camarón de la Isla selló su nueva nacionalidad espiritual.En Madrid colaboró con el PSOE, trabajó como traductor de Prensa para embajadas árabes y, sobre todo, se convirtió en un contertulio del café Gijón. No pensaba volver a vivir nunca más en el mundo árabe, pero su amigo Emilio Menéndez del Valle fue nombrado embajador en Jordania. Dos meses después Tahsin estaba al frente del Centro Cultural Español en Amman. Como todos los que ocupan puestos semejantes, Tahsin lamenta Ios pocos duros" que España dedica a la promoción internacional de una lengua y una cultura por las que hay "verdadera sed". Y es particularmente sangrante en los países árabes, cuyos ciudadanos reciben una oferta española ridícula, comparada con la francesa o italiana.

El director del Centro Cultural Español, que conoce las entrañas de dos mundos, cree que sus relaciones siguen basadas en equívocos mutuos, "por parte española, el tópico despectivo del moro; por la árabe, el mito nostálgico de Al Andalus".

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