El rugby se acerca más al profesionalismo

Los ocho países miembros de la International Board (IB), organismo que dirige el rugby al máximo nivel, admitieron oficialmente, en su reunión de Londres, la concesión de una cantidad de dinero diaria, según cada caso, a los jugadores en las giras internacionales. Las 15 libras esterlinas -unas 3.000 pesetas- que percibían como dietas se convertirán en compensación económicas por el tiempo perdido en sus trabajos sus ocupaciones habituales. Se trata de un acercamiento más de este deporte al profesionalismo.

La decisión entrará en vigor el 1 de septiembre, después de la I Copa del Mundo,...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Los ocho países miembros de la International Board (IB), organismo que dirige el rugby al máximo nivel, admitieron oficialmente, en su reunión de Londres, la concesión de una cantidad de dinero diaria, según cada caso, a los jugadores en las giras internacionales. Las 15 libras esterlinas -unas 3.000 pesetas- que percibían como dietas se convertirán en compensación económicas por el tiempo perdido en sus trabajos sus ocupaciones habituales. Se trata de un acercamiento más de este deporte al profesionalismo.

La decisión entrará en vigor el 1 de septiembre, después de la I Copa del Mundo, que se celebrará en Australia y Nueva Zelanda entre el 17 de mayo y el 24 de junio. Precisamente fue Australia el país que presentó la propuesta a la IB el pasado mes de octubre. Los restantes miembros del organismo, que también dicta las normas de juego para todos los países en que se practica el rugby en el mundo, son: Francia, Inglaterra, Escocia, Gales, Irlanda, Suráfrica y Nueva Zelanda.Aunque Escocia parecía la más reticente a abrir la puerta a un futuro profesionalismo, sólo fueron Inglaterra y Gales las que se opusieron finalmente. En caso de haber existido tres votos negativos, no hubiese podido aprobarse la propuesta, que incluye una cantidad para las llamadas telefónicas de los jugadores. En opinión de ingleses y galeses, la compensación económica personal supone ir contra el auténtico espíritu amateur del rugby.

A lo más que ha llegado la IB es a aplazar la entrada en vigor de la decisión hasta después de la Copa del Mundo. Sin embargo, según todos los indicios, la disputa del primer torneo de alcance mundial en el rugby -deporte cuyos contactos a gran nivel se producen en su mayoría con las giras-, ha desatado los intereses económicos. Mientras los protagonistas recibían cantidades mínimas por estancias de más de 20 días en países muy alejados, la sociedad británica West Nally, encargada de la organización y de la publicidad del próximo torneo mundial espera recaudar más de 600 millones de pesetas por los derechos de televisión y patrocinadores. La audiencia se estima en 100 millones de telespectadores.

El rugby, último reducto del amateurismo de elite, se debate actualmente entre su acercamiento al profesionalismo y la progresiva aparición de la violencia en los encuentros. El tercera línea inglés Wade Dooley, policía de profesión, rompió la nariz por tres sitios al también delantero galés Phil Davies en la pelea principal del durísimo País de Gales-Inglaterra del Torneo de las Cinco Naciones el pasado día 7.

Mientras tanto, susbisten las difíciles relaciones con Suráfrica, ausente de la Copa del Mundo para evitar el boicoteo general. La IB reiteró la prohibición de jugar con el país del apartheid, aunque no tomó medidas contra Nueva Zelanda por la última gira pirata de sus Cavaliers ni por las acusaciones sobre el dinero cobrado.

Archivado En