LA JORNADA DEL MIÉRCOLES

El Camp Nou se pobló de pañuelos en honor de Archibald

RAMÓN BESAArchibald no pisaba el Camp Nou desde el 11 de mayo de 1986, cuando marcó un segundo gol al Madrid en partido de la Copa de la Liga. Diez meses y 14 días después volvió el escocés a su estadio con algún kilo de más, con menos fuerza que antes, con más ojeras que entonces, pero con su fútbol de siempre. No se le ha olvidado jugar. Sigue abriendo espacios, repartiendo asistencias y marcando goles. El que consiguió ayer sólo lo puede meter él. Suspendido en el aire, giró su ladeado cuello y clavó la pelota en las redes. El público, ansioso de espectáculo y necesitado de goles, rompió en...

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RAMÓN BESAArchibald no pisaba el Camp Nou desde el 11 de mayo de 1986, cuando marcó un segundo gol al Madrid en partido de la Copa de la Liga. Diez meses y 14 días después volvió el escocés a su estadio con algún kilo de más, con menos fuerza que antes, con más ojeras que entonces, pero con su fútbol de siempre. No se le ha olvidado jugar. Sigue abriendo espacios, repartiendo asistencias y marcando goles. El que consiguió ayer sólo lo puede meter él. Suspendido en el aire, giró su ladeado cuello y clavó la pelota en las redes. El público, ansioso de espectáculo y necesitado de goles, rompió en una ovación de gala, acompañada de pañuelos en la tribuna y de gritos de "¡Archi-gol!" en el fondo sur.

Puede ser que Archibald no sea lo único que necesita este Barcelona para ganar la Liga. Es evidente que continúa faltando un cerebro. Pero no deja de ser cierto también que, con el escocés en juego, el Barcelona ha recobrado en dos partidos un cariz ofensivo que no se le suponía con Hughes. Comparar al escocés con el galés es, como buscar similitudes entre Charles Bronson y Clint Eastwood. Huches, como Bronson, su actor preferido, represenla la brutalidad y la potencia frente a la candidez y la sagacidad de Archibald, un enamorado de Eastwood. Y, además, Clint siempre desenfunda más rápido que Charles. Por algo a Archibald le llaman white ret (la rata blanca), y a Hughes, Sparking (centella).

El Barça siguió sin ligar un buen futbol, teniendo las mismas virtudes, defectos y errores que el rival, pero se fue al descanso con dos goles. En el primero, Archibald dio una asistencia mortal a Calderé y el segundo lo remachó el mismo. El partido parecía sentenciado. El árbitro y los errores defensivos azulgrana se encargaron de complicarlo.

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