BALONCESTO: COPA KORAC

Amplia ventaja del Barça ante el Limoges

El Barcelona consiguió ayer una cómoda ventaja de 21 puntos que, si no sucede una hecatombe la próxima semana en Limoges, debe permitirle ganar la Copa Korac y su tercer título europeo consecutivo (obtuvo la Recopa en 1985 y 1986). El Barça jugó una primera parte sensacional (66-39), pero un cierto relajamiento del equipo, un golpe que obligó a descansar 17 minutos a Solozábal, la acumulación de faltas personales y una reacción del Limoges impidieron que el resultado final fuese aún más escandaloso para una final europea.La primera parte del Barcelona fue perfecta. Comenzó con un triple de...

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El Barcelona consiguió ayer una cómoda ventaja de 21 puntos que, si no sucede una hecatombe la próxima semana en Limoges, debe permitirle ganar la Copa Korac y su tercer título europeo consecutivo (obtuvo la Recopa en 1985 y 1986). El Barça jugó una primera parte sensacional (66-39), pero un cierto relajamiento del equipo, un golpe que obligó a descansar 17 minutos a Solozábal, la acumulación de faltas personales y una reacción del Limoges impidieron que el resultado final fuese aún más escandaloso para una final europea.La primera parte del Barcelona fue perfecta. Comenzó con un triple de Epi a los 10 segundos y terminó con otro triple de Solozábal en el último instante. Entre triple y triple, el Barça pasó como un rayo entre la débil defensa francesa. Solozábal dirigía con maestría al equipo, Sibillo y Epi obligaban a abrirse a los defensores franceses para evitar sus lanzamientos y Bryant y Jiménez dominaban los rebotes. Tan sólo la esporádica presencia de un inseguro Trumbo distorsionó el poderío azulgrana.

Dicen que no hay mejor defensa que un buen ataque, pero es que, además, el Barça realizó ayer una sensacional defensa sobre el Limoges. Thompsan era incapaz de superar a Epi, Clarence Kea perdía por KO en el duelo de gorilas con Bryant, y sólo Dacoury parecía capaz de superar el bosque de manos que separaba a los franceses del aro azulgrana. El Limoges, además, se dejó llevar por la velocidad del Barça. No se paró a pensar que estaba cayendo en la trampa de Alto y atacó con precipitación -principalmente Thompson- sin apurar los lanzamientos.

Fueron 20 minutos en los que el Barça se limitó a aumentar su ventaja para alcanzar su mayor dominio cuando Aito se decidió a colocar tres torres en pista -Jiménez, Trumbo y Bryant-.

En la segunda parte podían pasar dos cosas: que el Limoges se hundiese ante la exhibición azulgrana, o que intentase salvar la final con una reacción. Sucedió lo segundo, pero la reacción del Limoges sólo sirvió para rebajar en seis puntos la ventaja. Con el equipo cansado y dirigido por un Costa que no está en un momento tan dulce como Solozábal, el Barcelona se limitó a mantener una velocidad de crucero.

En los últimos minutos el Barça no remató su trabajo. Sin embargo, su diferencia parece claramente suficiente para otorgar la victoria al Barça.

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