Crítica:CINE

Sesos en la pantalla rosa

Miren por donde Network, programada por TVE sin que los hechos de la actualidad lo condicionaran, va a tener esta noche un inesperado estigma discursivo; el de siempre, el de si la vida imita al arte o si el arte imita a la vida, puesto que Network genera su argumento a partir de las palabras de un presentador televisivo que anuncia en directo que en su próxima aparición se volará la tapa de los sesos. El patético caso del secretario del Tesoro del estado norteamericano de Pensilvania probando en su paladar el gusto de la pólvora son hechos que, de tanto en tanto, se contabilizan y ahí está Bu...

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Miren por donde Network, programada por TVE sin que los hechos de la actualidad lo condicionaran, va a tener esta noche un inesperado estigma discursivo; el de siempre, el de si la vida imita al arte o si el arte imita a la vida, puesto que Network genera su argumento a partir de las palabras de un presentador televisivo que anuncia en directo que en su próxima aparición se volará la tapa de los sesos. El patético caso del secretario del Tesoro del estado norteamericano de Pensilvania probando en su paladar el gusto de la pólvora son hechos que, de tanto en tanto, se contabilizan y ahí está Budd Dwyer para demostrar no ya que es película seria, sino que el cine es la plasmación, a través de lo inverosímil, de lo verosímil.Al margen del detalle alarmante de su verdad camuflada en la jungla del guión, Network, como la se mana pasada Serpico, ambas de Sidney sin que, a saber, se esté aquí programando un ciclo, es un filme sencillo, aplicado, bien narrado pero falto de fascinaciones. Como aquél, como Serpico, es también, o quiere serlo más de lo que es, una obra crítica, de entrañas liberales, que pone en la picota un sistema social regido por la marabunta de los mass media y, a su cabeza, la televisión, su poder su sed de ambiciones sin límites (recordemos que aquí se estrenó con el subtítulo evidente de Un mundo implacable.)

Un universo de locura donde, a la par que se especula con el show monumental que la vida de una persona puede suscitar, continuamente se detallan las lizas profesionales y el espíritu competitivo. Tanto lo detalla Lumet que hasta llega a la caricatura, como esa Faye Dunaway que mientras hace el amor recita poco más o menos índices de audiencia comparativos a, pongamos por caso, La casa de la pradera; su orgasmo es más electrónico que biológico, su sexo es catódico, caótico.

Lo que tiene Network es un equipo de actores de primera categoría que le da relumbrón y provoca nuestro goce. Peter Finch ganó un oscar póstumo con su interpretación del exhíbic3onista locutor.

Network (Un mundo implacable) se emite hoy a las 21.45, por TVE1.

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