Desorganización en el acto que simbolizó el comienzo de las obras de la Expo 92

El comisario de la Expo 92, Manuel Olivencia, presidió ayer, junto a las primeras autoridades sevillanas y andaluzas, el acto simbólico organizado en la Isla de la Cartuja para marcar el comienzo de las obras de la Exposición Universal de 1992, en el recinto sevillano citado. El acto se celebró en medio de una notable desorganización.

La ceremonia, que daba paso teóricamente a las máquinas que deben preparar el recinto -aunque estaban allí desde el viernes-, consistió en enterrar una arqueta metálica, pintada con los colores de la bandera andaluza, en la que se habían guardado los perió...

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El comisario de la Expo 92, Manuel Olivencia, presidió ayer, junto a las primeras autoridades sevillanas y andaluzas, el acto simbólico organizado en la Isla de la Cartuja para marcar el comienzo de las obras de la Exposición Universal de 1992, en el recinto sevillano citado. El acto se celebró en medio de una notable desorganización.

La ceremonia, que daba paso teóricamente a las máquinas que deben preparar el recinto -aunque estaban allí desde el viernes-, consistió en enterrar una arqueta metálica, pintada con los colores de la bandera andaluza, en la que se habían guardado los periódicos del día -EL PAIS, Abc, El Correo de Andalucía y Diario 16-, monedas de curso legal, un diskette de ordenador con la cronología de la exposición, un vídeo de TVE y copias de los diversos documentos urbanísticos de la expo.A falta de un orden preciso, Manuel Olivencia se abrió sitio entre el amontonamiento de autoridades, directivos y trabajadores de las empresas contratistas, periodistas y curiosos y deslizó con una trócola la arqueta en su receptáculo. A continuación, un empleado arrimó una carretilla de mortero, del que uno a uno fueron echando paletadas el comisario de la Expo 92, el presidente de la Junta de Andalucía, José Rodríguez de la Borbolla; el consejero andaluz de Obras Públicas, Jaime Montaner; el alcalde de la ciudad, Manuel del Valle; el presidente de la Diputación Provincial, Miguel Ángel Pino, y otras autoridades. Incluso un espontáneo, José Gomáriz Díaz, pensionista sevillano de 58 aflos de edad, se sumó la tarea tras obtener permiso del comisario.

El acto terminó con el desfile de la maquinaria allí concentrada, al salir para la zona donde comienza el trabajo. Las obras que ayer empezaron, con un coste superior a 400 millones de pesetas, son las de construcción de accesos provisionales, cerramiento de la zona de la Cartuja y explanación de los terrenos.

Ceremonia paralela

Una cincuentena de trabajadores de Riotinto Minera, de Huelva, que tiene planteado un expediente de regulación de empleo, esperaba a las autoridades de la Junta de Andalucía para exponerles sus reivindicaciones. José Rodríguez de la Borbolla y el consejero de Trabajo, José Mana Romero, prometieron todo el apoyo del Gobierno andaluz para una salida negociada del problema. Los trabajadores hicieron su propia ceremonia, enterrando en el embarrado terreno, cerca de donde sería depositada la arqueta de la expo, una piedra de mineral de cobre -cuya producción quiere abandonar Riotinto-, una urna y una copia del expediente de regulación de empleo.Asimismo, el alcalde de Sevilla declaró ayer a la agencia Efe que un grupo de empresarios norteamericanos se había ofrecido para promover la oferta turística sevillana con motivo de la Expo 92. Anoche, Manuel del Valle tenía previsto cenar en Madrid con un grupo de 20 empresarios de turismo y hostelería, algunos de ellos extranjeros, para animarles a invertir en la ciudad.

El alcalde ha tomado esta iniciativa tras haber ofrecido a la organización empresarial sevillana un plan de inversión de 600 millones de pesetas -financiado a medias por el municipio y la patronal-, sobre el que aún no tiene respuesta.

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