Crítica:

Comedia sentimental

El próximo año, a la misma hora se basa en una pieza teatral de Bernard Slade, por él mismo adaptada a la pantalla, y nos relata la historia sentimental de una pareja muy curiosa (aplíquese el adjetivo tanto a la pareja como a su historia, que es una histeria de amor).

En efecto, Doris, ama de casa sin rasgos aparentes de anticonvencionalidad, y George, un contable de rasgos similares, ambos felizmente casados, se encuentran casualmente un día. Ese día nace súbito una chispa que ha de desaparecer inevitablemente al acto, aunque ellos establecen un pacto mutuo: como dice el...

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El próximo año, a la misma hora se basa en una pieza teatral de Bernard Slade, por él mismo adaptada a la pantalla, y nos relata la historia sentimental de una pareja muy curiosa (aplíquese el adjetivo tanto a la pareja como a su historia, que es una histeria de amor).

En efecto, Doris, ama de casa sin rasgos aparentes de anticonvencionalidad, y George, un contable de rasgos similares, ambos felizmente casados, se encuentran casualmente un día. Ese día nace súbito una chispa que ha de desaparecer inevitablemente al acto, aunque ellos establecen un pacto mutuo: como dice el título el próximo año, a la misma hora (y en el mismo sitio, habría que añadir para sufrimiento de neones) volverán a encontrarse.

Y así, de 1951 a 1977 asistiremos a todos sus encuentros anuales, descubriremos sus cambios flisicos y hasta psicológicos y sabremos, en fin, de sus penas de 364 días resumidas y visibles en 24 horas.

El verdadero amor

Si Brigadoon sale a la luz un día de cada siglo pero cuenta en su favor con la inmortalidad, el amor de Doris y George, trágicamente mortal, aparece sólo una vez al año. Muy prudentemente, se silencia en la obra la naturaleza real de sus vidas para subrayar a cara descubierta el sueño del verdadero amor, un soplo raudo condenado a desmoronarse al amanecer siguiente.

Muy bien ha cuidado Robert Mulligan, un realizador nunca alabado en su justa medida, de no desvirtuar el texto que cosechara en Broadway un éxito de campanillas.

Diálogo sabroso

Sabroso diálogo que sin desentonar pasa del acento humorístico al dramático, notas sociales que de fondo hacen un repaso de medio siglo de historia americana y, dato fundamental, un par de espléndidos actores, Ellen Burstyn y Alan Alda, que dan el tipo de ciudadanos corrientes, muy creíbles.

Entre la sonrisa y el llanto, y sin estridencias en ninguno, de los dos lados, El próximo año, a la misma hora se ve gratamente, divierte y provoca sensaciones reconocibles por cuanto, hábilmente, toca el corazón del espectador.

El próximo año a la misma hora se emite hoy por TVE-1, a las 21.50.

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