El CAI machacó al Estudiantes

LUIS GÓMEZ El Estudiantes no parece haberse enterado aún de que el CAI Zaragoza tiene entidad suficiente para estar entre los grandes de este año. Tiene hombres que han madurado y han adquirido peso específico, como Arcega o Llorente. No le aplicó la agresividad de rigor y lo pagó muy caro, con un segundo tiempo en el que el equipo aragonés machacó sin contemplación de ningún tipo, con un porcentaje del 72 en este período. El CAI, además, tuvo el acierto de mantener de forma inflexible una zona, desde el minuto 6 del partido, que terminó por descentrar al rival e inutilizarlo. Gil puso cara de...

LUIS GÓMEZ El Estudiantes no parece haberse enterado aún de que el CAI Zaragoza tiene entidad suficiente para estar entre los grandes de este año. Tiene hombres que han madurado y han adquirido peso específico, como Arcega o Llorente. No le aplicó la agresividad de rigor y lo pagó muy caro, con un segundo tiempo en el que el equipo aragonés machacó sin contemplación de ningún tipo, con un porcentaje del 72 en este período. El CAI, además, tuvo el acierto de mantener de forma inflexible una zona, desde el minuto 6 del partido, que terminó por descentrar al rival e inutilizarlo. Gil puso cara de impotencia, corrió menos, y eso lo pagó el equipo.

El partido, en su primera mitad, lo dominó el Estudiantes, pero con alfileres. Con defensas individuales en ambos bandos, el Estudiantes impuso el acierto de sus americanos, sobre todo las clásicas entradas de Russell, frente a la velocidad de Llorente. Con ello mantuvo el marcador a favor, hasta que el técnico Manel Comas ordenó zona 2-3. Desde ese instante, la facilidad de Pinone en los lanzamientos desde cuatro metros y los mates de Russell casi desaparecieron de la escena. Sólo la lucha por el rebote permitió al Estudiantes mantener sus anotaciones, amparado también en que el CAI Zaragoza no encontraba un porcentaje. adecuado a pesar de contar con buenas circunstancias para el lanzamiento. Pero parecía cuestión de tiempo y así fue. 0 uno arreglaba sus debilidades o el otro encontraba camino expedito. Sucedió lo último.