BALONCESTO

Petrovic ha dejado de ser motivo de síndrome

El Real Madrid ganó un torneo de Navidad que, sin que sirva de precedente, le ha hecho más bien que mal, no sólo porque ha podido adaptarse al Palacio de Deportes, sino porque ha podido hurgar entre sus problemas y, seguramente, sacar conclusiones de los tres partidos disputados. La presencia de Petrovic frente a los madridistas no causó ningún problema. Ayer pareció que, por primera vez, los jugadores locales se habían olvidado de él. Y esta vez parece que para siempre, luego puede que se haya acabado el síndrome.El Real Madrid desarrolló ayer su mejor baloncesto de las últimas semanas, p...

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El Real Madrid ganó un torneo de Navidad que, sin que sirva de precedente, le ha hecho más bien que mal, no sólo porque ha podido adaptarse al Palacio de Deportes, sino porque ha podido hurgar entre sus problemas y, seguramente, sacar conclusiones de los tres partidos disputados. La presencia de Petrovic frente a los madridistas no causó ningún problema. Ayer pareció que, por primera vez, los jugadores locales se habían olvidado de él. Y esta vez parece que para siempre, luego puede que se haya acabado el síndrome.El Real Madrid desarrolló ayer su mejor baloncesto de las últimas semanas, pero lo hizo de forma discontinua, con tendencia a sufrir apagones en momentos de las segundas partes. Ayer llegó a dominar a Yugoslavia por 19 tantos para terminar sufriendo serios apuros que se aliviaron porque los colegiados echaron alguna que otra mano. El Real Madrid alternó a su defensa individual una zona 1-2-2, que se ponía en práctica después de anotar un tiro libre. La zona, en fase de ensayo, parece dar resultados. En ataque, sin embargo, hay instantes en que los sistemas no salen, se producen pocos espacios y termina la papeleta reducida a Spriggs intentando cosas imposibles.

El Madrid encontró a un Branson muy agresivo, que abrió brecha en la defensa yugoslava. Poco después, la constatación de que Romay ha evolucionado hacia una autoridad en los tableros que está ofreciendo muchas dosis de tranquilidad al equipo. Con ello, el Madrid empezó con ventaja y a pesar de que los yugoslavos marcaban periódicamente algunos triples, el partido parecía encauzado. Spriggs empezó bien y terminó con irregularidades, pero sus estadísticas empiezan a ser jugosas: por ejemplo, 12 rebotes; por ejemplo, 11 personales provocadas al contrario y 10 de 15 tiros libres anotados. Quiere ello decir que Spriggs es duro de roer en la zona, entra y provoca personales, pero sería demoledor si pudiera acercarse, a un 55% de acierto como mínimo, teniendo en cuenta lo cerca que juega de la canasta. Cuando la defensa yugoslava logró flotar a Spriggs y tapar mejor sus entradas, el Madrid volvió a encontrarse sin tiradores porque parece olvidarse los sistemas y nadie busca posiciones exteriores. Biriukov no anotó una sola canasta en la reanudación e Iturriaga sólo en los cinco últimos minutos. En esa tesitura, el Madrid baja muchos enteros. En esos momentos, el Madrid encuentra su crisis.

Entretanto, y sin que casi nadie se diera cuenta, Drezen Petrovic jugaba en el bando contrario y anotaba 35 tantos con un mal porcentaje. Lo cubrió Biriukov, para evitar el choque con Iturriaga, y no pasó nada. También se evitaron las presentaciones de rigor para que el público no pudiera manifestarse en curioso referéndum. Aunque él intentó sus cosas de siempre, sobre todo cuando Yugoslavia remontó en el marcador, los contrarios se sintieron menos afectados con su juego. Claro está que ahora es un madridista en potencia. El torneo de Navidad, trofeo El Corte Inglés, terminó con la siguiente clasificación: 1, Real Madrid, 6 puntos. 2, Yugoslavia, 5. 3, Brasil, 4. 4. Winston All Stars, 3. En la jornada de ayer, Brasil derrotó a Winston por 82-80. El miércoles hubo los siguientes resultados: Yugoslavia, 142; Winston, 106. Real Madrid, 85; Brasil, 83.

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