FÚTBOL / COMIENZO DE LA SEGUNDA VUELTA DE LA LIGA

Osasuna aguantó la presión constante del Mallorca

Osasuna supo aguantar la presión constante del Real Mallorca y arrancó del Luis Sitjar un valioso empate, que a punto estuvo de transformar en triunfo si Sola hubiese acertado a materializar un penalti en el minuto 53. Los rojillos de Zabalza -que anoche vistieron de blanco- efectuaron una defensa numantina en el terreno mallorquín y, cuando en la segunda parte se vieron apremiados, jugaron implacablemente al fuera de juego, con lo que frenaron las intentonas mallorquinistas.El Mallorca, aparte de ser sancionado con el quinto penaltí en los cinco últimos partidos, aunque no acabó en gol...

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Osasuna supo aguantar la presión constante del Real Mallorca y arrancó del Luis Sitjar un valioso empate, que a punto estuvo de transformar en triunfo si Sola hubiese acertado a materializar un penalti en el minuto 53. Los rojillos de Zabalza -que anoche vistieron de blanco- efectuaron una defensa numantina en el terreno mallorquín y, cuando en la segunda parte se vieron apremiados, jugaron implacablemente al fuera de juego, con lo que frenaron las intentonas mallorquinistas.El Mallorca, aparte de ser sancionado con el quinto penaltí en los cinco últimos partidos, aunque no acabó en gol, sufrió la expulsión del goleador, Tronquito Magdaleno, que no podrá jugar ante el Barcelona.

El primer tiempo fue abominable. Sobre el césped, 22 jugadores se empeñaron en exhibir las mejores virtudes del antifútbol. Ni un pase intencionado, ni una sola jugada elaborada. Nada. Ni asomos del pretendido espectáculo que debe otorgar un encuentro de Primera División. El Mallorca llegó en dos ocasiones a la portería de Vicuña en carreras por la banda de Trobiani; a ese escuálido balance ofensivo se unen dos pelotazos de Ezaki buscando a Magdaleno. Osasuna, ni siquiera eso. Sus delanteros no tenían tiempo de atacar ocupados en misiones defensivas cuando los isleños tenían el balón. Los bostezos de los aficionados que desafiaron la fría noche mallorquina estuvieron plenamente justificados ante tales desatinos.

En la segunda parte el entrenador isleño, Serra Ferrer, sacó un tercer atacante (Puskas) y envió a sus hombres sobre las inmediaciones de Vicuña. Osasuna aguantó perfectamente y se dio el lujo de desperdiciar un penalti. Después, jugó al fuera de juego, perdió todo el tiempo que quiso y con esos simples planteamientos se llevó un valioso positivo a Pamplona.

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