COPAS DE EUROPA

La iniciativa de una discoteca madrileña permitió ver el Madrid-Juventus televisado en directo

LUIS GÓMEZLa discoteca madrileña Jácara, inaugurada hace un mes, aprovechó una sencilla tecnología avanzada, las antenas parabólicas de televisión, para ofrecer a unos 1.000 jóvenes algunos que otros aficionados el partido Real Madrid-Juventus en directo, lo que no hizo TVE. Jácara es palabra del antiguo castellano que servía para definir a un grupo de gente que se divierte junta. Ayer, entrecopas, música, videoclips, imágenes de béisbol y 90 minutos del gran partido de fútbol, hubo gente que formó una jácara futbolística civilizada, sin alteraciones, por el precio de 500 pesetas, consumición ...

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LUIS GÓMEZLa discoteca madrileña Jácara, inaugurada hace un mes, aprovechó una sencilla tecnología avanzada, las antenas parabólicas de televisión, para ofrecer a unos 1.000 jóvenes algunos que otros aficionados el partido Real Madrid-Juventus en directo, lo que no hizo TVE. Jácara es palabra del antiguo castellano que servía para definir a un grupo de gente que se divierte junta. Ayer, entrecopas, música, videoclips, imágenes de béisbol y 90 minutos del gran partido de fútbol, hubo gente que formó una jácara futbolística civilizada, sin alteraciones, por el precio de 500 pesetas, consumición incluida.

Por este precio cualquiera podía presenciar las imágenes que TVE enviaba a la RAI italiana. Las podía presenciar con gran nitidez y en una gigantesca pantalla. La asistencia rondó el millar de personas, más de lo normal, con una mínima inclusión de público no habitual, cuya presencia era inconfundible. Los jóvenes optaron por sentarse en el suelo y hacer del local un pequeño Bernabéu. Silbaron a la Juve y aplaudieron al Madrid y hasta imitaron al coro de los ultrasur cuando el guardameta rival se disponía a sacar de puerta.Las chicas, en general, mostraron primero curiosidad y luego una mal disimulada indiferencia. No era un día bueno para ligar entre 9 y 11 de la noche.

Jácara está asentada sobre el antiguo cine Mola, en la calle Príncipe de Vergara, local que antes de la guerra civil fue uno de los platós cinematográficos más importantes.

El pasado domingo, sus propietarios anunciaron en caracteres impresos en. la conservada pantalla del cine Mola, que el miércoles se ofrecerían las imágenes en directo del Real Madrid-Juventus. Para esta ocasión especial, las entradas subirían de las habituales 300 pesetas a 500. Hasta la misma tarde del miércoles, apenas habían detectado algún interés especial. Horas antes de las nueve de la noche, sin embargo, algunas llamadas telefónicas para confirmar el hecho hicieron denotar que la, voz se había extendido. De todas formas, los propietarios del local no habían realizado una publicidad especial para este acontecimiento.

Dispositivo de imagen

La sala, con capacidad para más de 1.500 personas, conserva la estructura original del cine, incluso los proyectores, la sala de proyección y la pantalla, y cuenta con un completo dispositivo para tratar imágenes procedentes del vídeo o de televisión. Una mesa con mezcla de imagen, dotada con un generador de efectos digitales permite a un técnico manipular la imagen de una forma similar a la de un realizador de televisión. Dos antenas parabólicas captan para el local la señal de 16 canales con posibilidad de ampliar su capacidad hasta 90.

El antiguo anfiteatro, que es la parte dotada de cómodos asientos, contaba con numerosas parejas que no reflejaban un interés especial, pero que se vieron súbitamente acompañadas por los mirones que deseaban ver la tele con comodidad.

Abajo, en el antiguo espacio dedicado a las butacas de patio, es lugar para estar de pie, pero los jóvenes decidieron tomar asiento en el suelo para presenciar el partido. La discoteca anuncia que está concebida bajo un concepto nuevo, "para que sea prácticamente obligatorio relacionarse y hasta casi diríamos ligar", como reza su propaganda. "Es un lugar para ver y para ser visto", y ayer muchos jóvenes pudieron ligar entre pases de Platini y eléctricos regates de Butragueño, algo muy alejado de las prisas, el tormento y los achuchones para tomar un asiento que se veían en el Santiago Bernabeu. Jácara apenas estaba a lo minutos del estadio.

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