El Wrexham galés forzó el empate en un mal partido del Zaragoza

El Zaragoza tiene difícil su continuidad en la Recopa. Muy mal ayer, hubo de conformarse con un empate, lo que le obligará a muchos sacrificios y aciertos en el encuentro de vuelta del 5 de noviembre en Wrexham. Los galeses causaron buena impresión ayer y hay que suponer que en su terreno saquen a relucir lo que dicen es su mejor virtud: el juego de ataque en campo propio.En el terreno de juego los británicos no parecieron un conjunto tan inferior como se había anunciado. Ni en su planteamiento ni en el desarrollo de éste. En defensa marcaron aceptablemente por zonas y dominaron claramente los...

El Zaragoza tiene difícil su continuidad en la Recopa. Muy mal ayer, hubo de conformarse con un empate, lo que le obligará a muchos sacrificios y aciertos en el encuentro de vuelta del 5 de noviembre en Wrexham. Los galeses causaron buena impresión ayer y hay que suponer que en su terreno saquen a relucir lo que dicen es su mejor virtud: el juego de ataque en campo propio.En el terreno de juego los británicos no parecieron un conjunto tan inferior como se había anunciado. Ni en su planteamiento ni en el desarrollo de éste. En defensa marcaron aceptablemente por zonas y dominaron claramente los balones altos que recibieron con frecuencia. Su centro del campo fue más rígido ya que Charles y Constive permanecieron siempre junto a Señor y a Mejías, respectivamente, a quienes cortaban caminos. Sus otros dos medios, Home y Emson enviaban balones largos hacia adelante, donde Steel y Massey bregaban duro con la zaga zaragocista, a la que colocaron en abundantes oportunidades en situaciones de apuro. No hubo juego defensivo e incluso un repaso de las oportunidades de cada equipo presentó un s,,ddo equilibrado.

Que el Zaragoza no supiera romper este esquema a un cuarta serie inglesa, habla claramente de su baja forma. Porque en interés tuvo notas altas y contó si empre con el generoso apoyo de un público que le perdonó las decepciones de la Liga y ofreció una lección de entrega en forma de aplausos y gritos de ánimo. Excepción a ésto fue una fuerte bronca a Luis Costa cuando retirá del campo a Ayneto e hizo entrar a Roberto. Se opinaba que el sustituido debía ser Yáñez, una nulidad. Al final el público cansado y decepcionado mostró pañuelos y gritó "¡fuera, fuera". No en vano había soportado demasiado y veía la eliminatoria mas que difícil. Y todo ello cuando el Wrexham no parecía ni la mitad de rival que la Roma.

El partido de ayer dejó la impresión de que buena parte del fallo de los locales radica en la deficiente condición fisica de sus estrellas suramericanas, Yáñez y Rubén Sosa. No parecenjugadores que puedan soportar el fuerte esfuerzo actual de dos partidos por semana. También hay que decir que Señor y Mejías, los teóricos conductores de anoche, estuvieron muy bien marcados. El resto no pasó de desarrollar una lección de entusiasmo tan encomiable como inútil.