Crítica:EL CINE EN LA PEQUEÑA PANTALLA

Autoridades del cine negro

Muero cada amanecer (Each dawn I die, 1939) es el filme que hoy emite la segunda cadena de TVE dentro del cielo dedicado al cine negro. Es un título inédito en nuestras pantallas y su visión hoy es poco menos que imprescindible para el aficionado, puesto que se trata de uno de los grandes de la Warner, la más grande en el género por aquellas fechas. Género a cuyo análisis histórico también se dedica hoy el espacio para cinéfilos De película, que se emite por TVE-1.La película quiere ser un retrato social crítico y se inscribe en esa rama del género que son los filmes carcelarios, de...

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Muero cada amanecer (Each dawn I die, 1939) es el filme que hoy emite la segunda cadena de TVE dentro del cielo dedicado al cine negro. Es un título inédito en nuestras pantallas y su visión hoy es poco menos que imprescindible para el aficionado, puesto que se trata de uno de los grandes de la Warner, la más grande en el género por aquellas fechas. Género a cuyo análisis histórico también se dedica hoy el espacio para cinéfilos De película, que se emite por TVE-1.La película quiere ser un retrato social crítico y se inscribe en esa rama del género que son los filmes carcelarios, de los que también son nombres punteros de la década 20.000 años en SingSing y Soy un fugitivo.

Muero cada amanecer narra la peripecia de un periodista inquieto que, durante sus investigaciones para un reportaje, descubre ciertas anomalías en el funcionamiento financiero de una importante compañía constructora. Meter las narices en tan pantanosos temas le cuesta la cárcel a nuestro héroe, pero su tenacidad no le echa atrás y allí, entre rejas, aliado con un famoso gánster que pretende hacer la última obra de su vida -y ésta buena, no mala-, seguirá su lucha contra la corrupción del poder.

El filme denuncia, sin concesiones a la galería -sin cargar las tintas del melodrama que también es-, los mecanismos que rigen la sociedad norteamericana. Y para ello cuenta en su reparto con dos de las figuras más características del género, dos autoridades del cine negro cuya combinación forma una química felina de altura.

Se trata de James Cagney, en el papel de periodista encargado de limpiar el mundo, y de George Raft, el gánster a redimir (apuntemos la aparición, en segundo término, de George Bancroft, quien fuera pionero del gansterismo cinemático en el período mudo, de la mano de Josef von Sternberg, aunque a partir de 1939 adoptara otros registros: era, por ejemplo, el sheriff de La diligencia). Completan el reparto Jane Bryan, Alan Baxter, Maxie Rosenbloom, Victor Jory y Stanley Ridges.

Un especialista

Dirigió Muero cada amanecer William Keighley, hombre experto en el género (y en otros: fue director de Robin de los bosques) y en el campo de la serie B. A él se deben clásicos como Contra el imperio del crimen y La calle sin nombre, esta última un encendido canto al FBI. Muero cada amanecer evita el panegirismo y, ole forma contundente, sintétiza, se convierte en una reflexión social amparada en las sombrías atmósferas del hampa, que, por otra parte, resultan extremadamente cinematográficas.Muero cada amanecer se emite hoy a las 22.00 por TVE-2.

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