EL CINE EN LA PEQUEÑA PANTALLA

Una confusa parábola de Ferreri

La cagna, del director italiano Marco Ferreri, que se emite por TVE con el título de Liza, se sitúa entre L'audienza y La grande bouffe. Esta colocación en la filmografía del cineasta agrava todavía más los posibles defectos del filme.Frente al laberinto kafkiano de un sórdido Vaticano o la cruel fisiología de un suicidio por empacho, Heno de vómitos y pedos, la parábola de La cagna resulta un tanto artificiosa, confusa, según la crítica.

Una parte considerable de la obra de Ferreri evita el realismo inocente, y, es incluso capaz de situar a las tropas del gener...

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La cagna, del director italiano Marco Ferreri, que se emite por TVE con el título de Liza, se sitúa entre L'audienza y La grande bouffe. Esta colocación en la filmografía del cineasta agrava todavía más los posibles defectos del filme.Frente al laberinto kafkiano de un sórdido Vaticano o la cruel fisiología de un suicidio por empacho, Heno de vómitos y pedos, la parábola de La cagna resulta un tanto artificiosa, confusa, según la crítica.

Una parte considerable de la obra de Ferreri evita el realismo inocente, y, es incluso capaz de situar a las tropas del general norteamericano George Armstrong Custer y a su Séptimo de Caballería en medio del viejo mercado de Les Halles, en París, sin que este anacronismo obvio perjudique la credibilidad de lo que pretende decir el cineasta. Incluso en las películas de su primera etapa española, El pisito y El cochecito, con mayores herencias de un neorrealismo malicioso, no puede catalogarse a su cine dentro de los conceptos elementales del naturalismo más inocente.

En otro filme, Marco Ferreri, con objeto de simbolizar la muerte del padre, recupera el cadáver del legendario gorila King-Kong en aria playa, y la presencia de este amable y castigado monstruo -únicamente el cine puede conservar un cadáver durante tanto tiempo porque este cadaver es un patrimonio exclusivo de su ficción- es una cita particularmente oportuna. En La cagna, este juego rechina un tanto.

En el fondo se trata de una reedición del mito de Robinson Crusoe. Un dibujante de historietas -Antonio Castro, en Dirigido por, ha señalado la predilección de Ferreri por protagonistas con profesiones vinculadas a la sociedad industrial- se retira a vivir a una isla con su perro. La llegada de una mujer demuestra que ese alejamiento de la civilización occidental es ilusorio, frágil. Los deberes conyugales del personaje protagonista, el chantaje sentimental a que éste se ve sometido, nublan sus aspiraciones de retiro, de vivir una experiencia distinta.

Marco Ferreri describe minuciosamente el desastre de este héroe frustrado que no puede renunciar a las lamentables herencias de una civilización que, en el fondo, añora. Descripción que no alcanza, según la crítica, la riqueza simbólica de otras ocasiones.

Liza se emite mañana, domingo, a las 22.15, por TVE2.

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