AJEDREZ

Kasparov ganó el lunes una partida histórica

ENVIADO ESPECIALLa partida que Gari Kasparov le ganó el lunes a Anatoli Karpov en el Mundial de ajedrez pasará a la historia por su belleza y por sus consecuencias. Fue ciencia porque Karpov introdujo una nueva idea preparada de antemano en su laboratorio. Se transformó en deporte cuando Kasparov decidió jugar para ganar a pesar de que el empate le favorecía; llegó a ser obra de arte por la brillantez del juego y terminó en drama cuando Karpov, desolado, firmó su abandono ante la histeria de los seguidores de Kasparov. El campeón gana por 9,5-6,5 puntos y juega hoy con negras la decimoséptima ...

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ENVIADO ESPECIALLa partida que Gari Kasparov le ganó el lunes a Anatoli Karpov en el Mundial de ajedrez pasará a la historia por su belleza y por sus consecuencias. Fue ciencia porque Karpov introdujo una nueva idea preparada de antemano en su laboratorio. Se transformó en deporte cuando Kasparov decidió jugar para ganar a pesar de que el empate le favorecía; llegó a ser obra de arte por la brillantez del juego y terminó en drama cuando Karpov, desolado, firmó su abandono ante la histeria de los seguidores de Kasparov. El campeón gana por 9,5-6,5 puntos y juega hoy con negras la decimoséptima partida de las 24 previstas.

Los análisis efectuados tras la partida por los grandes maestros han demostrado que Karpov tenía ventaja hasta pocas jugadas antes del desenlace, pero no se ha encontrado todavía una continuación matemática que garantice la victoria del ex campeón. A ello contribuye la gran complejidad del juego, que, por otra parte, fue calificado por los especialistas como el más brillante de los disputados en este encuentro.

La emotividad que presidió la partida del lunes recordó a muchos la no menos emocionante tarde del 9 de noviembre del año pasado, cuando Kasparov se proclamó campeón al vencer en la vigésima cuarta partida de su segundo enfrentamiento contra Karpov. Al igual que entonces, a Kasparov le favorecía el empate, pero jugó para ganar, corriendo graves riesgos. Sin su valiente actitud, los amantes del ajedrez se habrían quedado sin dos obras de arte.

Dicen que sólo los genios pueden comportarse así en las situaciones delicadas. Sin embargo, Kasparov tiene motivos más terrenales para justificar su actitud. En primer lugar, su temperamento es agresivo por naturaleza. Además, sus amigos piensan que el joven campeón no se conforma con ganar a Karpov, sino que quiere humillarlo. De esta manera, intentaría demostrar a las autoridades deportivas de su país que su reinado no va a ser efimero y que el voto soviético en las próximas elecciones de la Federación Internacional (FIDE) no debe ser para Florencio Campomanes, amigo de Karpov, sino para Lincoln Lucena, aliado de Kasparov.

Hurra para ambos

Al término de la partida, un periodista soviético propuso como titular para su crónica: "Hurra para Kasparov y Karpov". Ciertamente, fue Karpov quien inició el juego violento con una nueva idea introducida en la apertura que implicaba el sacrificio de un peón. Después, el juego del ex campeón se mantuvo en un nivel muy alto hasta que, una vez más, se apuró de tiempo y cometió graves errores.Según pudo saber EL PAÍS en fuentes próximas a Karpov, éste habló ayer por teléfono con uno de sus amigos, al que confesó: "No entiendo lo que me pasa. Creo que estoy jugando bien, pero, cuando llega la quinta hora, mi mente se oscurece". La falta de confianza en sí mismo, el desgaste de su sistema nervioso y un deficiente fondo fisico son cada vez más claros en el ex campeón.

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