Carlos Sala consigue la tercera medalla española

La tercera medalla española en los Campeonatos de Europa la ganó ayer Carlos Sala, que ya fue finalista olímpico en los Angeles 84. Su tercer puesto en la final de 110 metros vallas lo consiguió pese a derribar tres de ellas, lo que le impidió optar a la medalla de plata y arrebatar el récord de España a Javier Moracho. Ayer se establecieron dos plusmarcas mundiales: Yuri Sedik (URSS), 86,74 metros en martillo, y Marina Stepanova (URSS), 53.32 segundos en 400 metros vallas. El equipo español de 4x400 metros pasó a la final de hoy.

Las opciones de Sala en la final eran reales porque todo...

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La tercera medalla española en los Campeonatos de Europa la ganó ayer Carlos Sala, que ya fue finalista olímpico en los Angeles 84. Su tercer puesto en la final de 110 metros vallas lo consiguió pese a derribar tres de ellas, lo que le impidió optar a la medalla de plata y arrebatar el récord de España a Javier Moracho. Ayer se establecieron dos plusmarcas mundiales: Yuri Sedik (URSS), 86,74 metros en martillo, y Marina Stepanova (URSS), 53.32 segundos en 400 metros vallas. El equipo español de 4x400 metros pasó a la final de hoy.

Las opciones de Sala en la final eran reales porque todos los participantes, menos el francés Caristan, estaban separados por 15 centésimas. En una prueba tan técnica como la de vallas todo era posible, desde el segundo puesto hasta el octavo. En los 110 metros vallas los atletas recorren 30 metros por el aire y de la técnica de sus diez saltos depende el resultado final. Sala conocía sus posibilidades y salió a por la medalla. Su ambición le hizo comerse las vallas. Rozó en casi todas ellas y tres las derribó. Eso supone una pérdida de tiempo considerable. Por dos centésimas no le quitó la medalla el británico Walker y por 12 no ganó la plata a un clásico de las va llas como el finlandés Bryggare.En es la prueba todo está medido. Nada queda para la improvisación porque, al margen de la técnica que se requiere para el paso de las vallas, no hay espacio para rectificar el error. Hay que dar poco más de,40 zancadas, menos incluso que los atletas de 100 metros lisos, porque casi la tercera parte de la carrera los vallistas pasan el tiempo por el aire, en 10 saltos de tres metros de longitud cada uno. Basta rozar la parte superior de la valla para que la carrera se vea frenada. Y más aún. si, más que rozar, el atleta la golpea con la rodilla o el pie y la derriba.

Sala perdió un tiempo precioso en las tres vallas que derribó. Él no advirtió los golpes, ni siquiera duelen en frío porque el atleta sólo siente el calor de la competición. Quien lo registró fue el cronómetro y la distancia que le separó de los demás atletas, de todos menos del francés Caristan, que después de igualar en semifinales el récord europeo (13.29), ayer lo estableció en 13.21. Sala no ganó la plata por 12 centésimas ni logró el récord de España por una, pero ganó el bronce por dos con el coraje necesario para contrarrestar en su impulso lo que la técnica le restaba.

Ayer fue una jornada de grandes finales, que incluso superaron el nivel alcanzado en las vallas. Porque hubo dos récords mundiales, uno de ellos, el de martillo, conseguido en la serie más impresionante jamás vivida en esta especialidad. Sedik lanzó 83,94; 85,28; 85,46; 86,74; 86,68 y 86,62 metros cuando el récord mundial del mismo atleta estaba en 86,66. "¿Mi secreto?", se preguntó Sedik, "No lo tengo. Sólo, entrenar mucho. Doy al deporte todo lo que éste exige".

Sedik sabía que Litvinov, el subcampeón y ex plusmarquista mundial, había lanzado 87,30 en entrenamientos. Son marcas éstas que sólo están al alcance de los soviéticos. Estos dos atletas, junto con sus compatriotas Nikulin, tercero en los Europeos, y Tamm, son los únicos en el mundo que han lanzado el martillo, en total más de 20 veces, por encima de los 83 metros.

El otro récord mundial, el de 400 metros vallas, logrado por Stepanova, de 36 años, también supuso un registro sensacional porque lo consiguió con un fuerte viento. "Habría bajado de 53 segundos si las condiciones hubieran sido mejores".

Finales apoteósicas

Hubo dos finales más apoteósicas. Una, la de maratón, porque la victoria se decidió en el mismo estadio, cuando el italiano Pizzolatto atacó a su compatriota Bordin y éste replicó metros después para irse en solitario a la meta. Ambos hicieron juntos la carrera desde la salida, cogieron al británico Steve Jones en el kilómetro 33, que había pasado el 20 a ritmo de récord mundial (1.00.02 horas), y se presentaron solos en el estadio. Jones acabó vigésimo, a 12 minutos de los italianos. De la Parte no tuvo el coraje de acabar y se retiró en el kilómetro 13. Dijo que tenía ciática.

Impresionante, por su superioridad, resultó la victoria de la noruega Ingrid Kristiansen en los 10.000 metros. Corrió en solitario desde: la primera. vuelta y las 24 restantes las hizo acompañada de la ola que, importada. del Mundial de fútbol de México 86, hicieron los espectadores al. paso de la atleta. Kristiansen dobló a su primera rival antes de la mitad de carrera, la convirtió en algo imposible de seguir porque continuó doblando participantes, algunas hasta tres veces, y sólo cuatro de las 27 rivales lograron terminar sin que Kristiansen las cogiera por detrás. Cuando ella terminaba de dar la vuelta triunfal al estadio, las restantes competidoras, entre ellas la española Mercedes Calleja, continuaban dando vueltas a la pista.

En la última prueba de la jornada, el equipo español de 4X400 (Prado, Sánchez, Alonso y Heras) se clasificó para la final de hoy. No lo tenía muy dificil. Había inscritos nueve equipos y sólo sobraba uno. Bastaba con no quedar último ya los húngaros se les cayó el testigo.

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