El negocio.

El inglés Daley Thompson, el supercampeón de decatlón, lució durante la competición una camiseta de calentamiento que decía I´m here to TCB. El misterio de lo que quería decir se aclaró por fin: "Estoy aquí para hacerme cargo del negocio". Las letras TCB correspondían a take care (of the) business. Thompson estuvo el año pasado alejado de las competiciones para realizar un es pectáculo televisivo en Los Ángeles, de ahí la referencia de su men saje, porque ha vuelto para ser el mejor. Él ya lo había dicho antes de empezar el campeonato: "Kratschmer es demasiado viejo, Hings...

El inglés Daley Thompson, el supercampeón de decatlón, lució durante la competición una camiseta de calentamiento que decía I´m here to TCB. El misterio de lo que quería decir se aclaró por fin: "Estoy aquí para hacerme cargo del negocio". Las letras TCB correspondían a take care (of the) business. Thompson estuvo el año pasado alejado de las competiciones para realizar un es pectáculo televisivo en Los Ángeles, de ahí la referencia de su men saje, porque ha vuelto para ser el mejor. Él ya lo había dicho antes de empezar el campeonato: "Kratschmer es demasiado viejo, Hingsen demasiado guapo y Wentz demasiado frágil". Cuando se proclamó campeón, se cambió la camiseta por otra que decía en el anverso: "Los tres hombres que más gustan en Alemania son:...". La respuesta estaba en el reverso: "Boris [por el tenista Becker, Bernard [por el golfista Langer] y Daley [por él]". Su sentido del humor no tiene límites, lo que no gusta a la primera ministra británica, Margaret Tatcher. La afición de Thompson por las camisetas con mensaje tampoco es nueva. En los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 84, en los que el estadounidense Carl Lewis fue el número uno, ya lucía una que decía: "El segundo mejor atleta del mundo es gay". Todo el mundo consideró que iba por Lewis. El mejor, por supuesto, se consideraba él mismo.