Crítica:

Fascinación metafísica

Si hace un par de años Gene Wilder se quedaba prendado del paso fugaz de una mujer de rojo, aquí es Michel Piccoli quien resulta turbado por los efluvios femeninos, sólo que esta vez no en rojo, sino en azul. Hay más diferencias, el color aparte, entre La dama de azul y La mujer de rojo, la principal resulta bastante molesta para quien esta noche sintonice su receptor con la intención de evadirse de los calores veraniegos con el filme de Michel Deville (realizador en exceso irregular, de quien se retienen películas como Esta noche o nunca o Benjamín).

Y es que la fascinaci...

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Si hace un par de años Gene Wilder se quedaba prendado del paso fugaz de una mujer de rojo, aquí es Michel Piccoli quien resulta turbado por los efluvios femeninos, sólo que esta vez no en rojo, sino en azul. Hay más diferencias, el color aparte, entre La dama de azul y La mujer de rojo, la principal resulta bastante molesta para quien esta noche sintonice su receptor con la intención de evadirse de los calores veraniegos con el filme de Michel Deville (realizador en exceso irregular, de quien se retienen películas como Esta noche o nunca o Benjamín).

Y es que la fascinación que esta mujer de azul ejerce en la persona de Piccoli es más metafísica que física; a la búsqueda de lo absoluto, el hombre cree ver en el espejismo azul la razón de lo irrazonable. Su ausencia provocará el vacío y el filme, algo literario en excesivos momentos, intentará también razonar paralelamente al protagonista el inevitable suicidio de éste. Filme rodado con gusto y una cámara sutil que se mueve muy, bien por los rincones de París, La dama de azul (también muy bien interpretada, además de por Piccoli, por Lea Massari) es, con todo, fruto vacío, bello para decorar pero nada sustancioso.La dama de azul se emite esta noche, por TVE-1, a las 22.05.

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