Yugoslavia gana frente a Italia la más bella final

Yugoslavia se proclamó campeona del mundo y lo hizo justamente. Junto a Italia protagonizó una final que será difícil de olvidar en mucho tiempo. Cuatro prórrogas, de dos tiempos cada una, para dilucidar un campeonato, es algo que no tiene precedentes en el waterpolo. Las 2.40 horas de un elevadísimo nivel de juego fueron el mejor colofón que habrían podido soñar los organizadores de los Mundiales. Durante muchos años se hablará de la final de Madrid, que terminó 12-11 a favor de Yugoslavia.El Italia-Yugoslavia fue el mejor resumen visual posible del waterpolo actual. Todas las claves d...

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Yugoslavia se proclamó campeona del mundo y lo hizo justamente. Junto a Italia protagonizó una final que será difícil de olvidar en mucho tiempo. Cuatro prórrogas, de dos tiempos cada una, para dilucidar un campeonato, es algo que no tiene precedentes en el waterpolo. Las 2.40 horas de un elevadísimo nivel de juego fueron el mejor colofón que habrían podido soñar los organizadores de los Mundiales. Durante muchos años se hablará de la final de Madrid, que terminó 12-11 a favor de Yugoslavia.El Italia-Yugoslavia fue el mejor resumen visual posible del waterpolo actual. Todas las claves de este deporte salieron a la luz. Las dos defensas rozaron la perfección. La lección final resultó de una innegable belleza con ayudas al defensor del hombre-boya, que llegaban en el momento preciso, con cambios a este defensor para evitar su expulsión por falta reiterada, y con una gran intuición en todos los jugadores para desviar en múltiples ocasiones los lanzamientos contrarios a puerta.

Krivokapic, portero yugoslavo, se confirmó como el mejor guardameta actual. Con colocación y potencia salvó a su equipo en varias situaciones límite. Suya fue gran parte de la culpa de que Italia fallara en la final hasta 12 superioridades numéricas. Su perfecta visión de juego y dominio total de la zona de dos metros, hace fácil lo difícil. Junto al portero estadounidense Wilson, mostró la mejor técnica para parar controlando la pelota, en vez de despejarla.

El único método de romper estas defensas en zona es tener un tiro lejano de la categoría del de los yugoslavos Lusic, Paskvalin y Vasovic que, junto a una gran potencia y colocación, tienen un giro final de muñeca que manda al portero enemigo al lado contrario al que va el balón.

Si Italia no hubiese dependido tanto en ataque de las expulsiones provocadas por Ferretti, quizás su defensa la habría llevado a lo más alto del podio, aunque su segundo puesto ha sido la mayor sorpresa del campeonato. La Unión Soviética, inicialmente favorita, Estados Unidos y la República Federal de Alemania, aunque ésta bajara en la última fase de nivel, jugaron también siempre a gran altura.

Por lo que respecta a España, tapó sus carencias fisicas, su pobre zona defensiva y su falta de lanzadores con un quinto puesto final que ha contentado a todos. Su juego, técnica aparte, no destacó especialmente en ningún aspecto. Estiarte fue máximo goleador del mundial sin haber actuado a su mejor nivel.

De aquí a Seúl, próxima cita olímpica, tiempo habrá para corregir errores y para que equipos de tradicional buen nivel lo recuperen, como el holandés o, en menor medida, el húngaro. Ambos conjuntos han constituido las decepciones del torneo mundial de waterpolo. La proyectada renovación de la selección española se presenta como una total incógnita.

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