TOUR DE FRANCIA

Delgado e Hinault dieron un vuelco a la carrera

El ciclista francés Bernard Hinault y Pedro Delgado dieron ayer un gran golpe de ¡mano en la primera etapa montañosa del Tour, ganada por el español. Obtuvieron cualtro minutos y medio de ventaja sobre el estadounidense Lemond y el colombiano Herrera, sus seguidores. Los demás fueron llegando en pequeños grupos, y el francés Fignon, Pino, Carlos Hernández, Blanco, Chozas y Lejarreta lo hicieron a 11 minutos de Delgado. Éste es cuarto en la clasificación general, encabezada por Hinault.

El equipo de Hinault, La Vie Claire, trabajó de salida para allanar el camino a su jefe de filas. Lueg...

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El ciclista francés Bernard Hinault y Pedro Delgado dieron ayer un gran golpe de ¡mano en la primera etapa montañosa del Tour, ganada por el español. Obtuvieron cualtro minutos y medio de ventaja sobre el estadounidense Lemond y el colombiano Herrera, sus seguidores. Los demás fueron llegando en pequeños grupos, y el francés Fignon, Pino, Carlos Hernández, Blanco, Chozas y Lejarreta lo hicieron a 11 minutos de Delgado. Éste es cuarto en la clasificación general, encabezada por Hinault.

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El equipo de Hinault, La Vie Claire, trabajó de salida para allanar el camino a su jefe de filas. Luego fue el propio Hianult quien tomó la iniciativa. Delgado se aprovechó del ataque, fue el único capaz de resistirle, y ambos marcharon escapados los últimos 50 kilómetros del recorrido. Al final, Delgado fue más fuerte o tuvo más motivación o estuvo más espabilado y se anotó esta dificil etapa, con nueve puertos, dos de ellos de primera.El equipo de Hinault no quiso esperar a, más tarde para ir eliminando corredores. Además de colocar a su jefe (le filas como líder, logró un golpe ¡de efecto que hará mucho daño.

Lo que hizo Hinault que un derroche de facultades, peligroso, por otra parte, cuando no ha hecho más que comenzar la montaña y hoy espera una etapa infinitamente más dura que la de ayer. Hubo otro detalle en la etapa que hace pensar que la actitud de Hinault es más estratégica que positiva: cuando faltaban diez kilómetros para la meta y le perseguían nueve hombres, seis de ellos incómodos para sus aspiraciones, su compañero de equipo Lemond atacó, arrastrando al colombiano Herrera. El ritmo de persecución creció y Herrera, aspirante al triunfo final, porque es un soberbio escalador, redujo diferencias. A cambio, Lermond obtuvo una pequeña ventaja sobre los que también pueden ser sus competidores, en caso de que tenga que tomar el mando de La Vie Claire si desfallece Hinault.

El éxito de La Vie Claire es, de momento, clamoroso. Sus dos mejores hombres copan los primeros puestos de la clasificación general y tiene incluso gregarios entre los diez primeros, como recompensa del gran trabajo que realizaron ayer. Ellos fueron los primeros protagonistas de la etapa. Cuatro se escaparon en bloque apenas iniciado el recorrido. Trasellos saltaron doce hombres más, entre los que estaban Chozas y Carlos Hernández. Apenas llegaron las primeras rampas del primer gran puerto de montaña de este Tour (Burdineurutehea, kilómetro 70 de la etapa), allá se fue Hinault. Y tras él, naturalmente, todos los hombres importantes de la carrera. La maniobra estaba clara. Por delante, cuatro gregarios de Hinault para romper la, carrera y esperarle; después, se iría, en solitario. Fignon cayó en el primer ataque y por la cima pasó a. casi cinco minutos de Hinault.-

El primer hueco ya. es-taba abierto. Ahora sólo había que aumentarlo. Y para eso aguardaban los escapados de La Vie CIaire a que se les uniera su jefe. Cuando se produjo la fusión, le llevaron en volandas por carreteras infernales, más caminos asfaltados que otra cosa, arriba, abajo, sinun descanso por el trazado debido a los continuos pequeños puertos que había que superar. A Chozas no le gustó esto y se fue para intentar la victoria en solitario. Fracasó y en cuanto fue neutralizado, poco antes de que llegara el segundo puerto de primera categoría (kilómetro (140) Hinault consideró que había llegado el momento del desenlace de la táctica. Le acompañaron uno de sus gregarios, su compatriota Bernard, y Delgado. Los demás no pudieron seguirles y comenzaron a formarse pequeños grupos perseguidores. Fignon ya no contaba.

Hinault y Delgado, una vez quedó atrás Bernard, iniciaron en solitario el descenso. Quedaban casi 40 kilómetros. Los relevos fueron perfectos. Mantuvieron a raya a sus inmediatos seguidores, entre los que todavía quedaba gente incómoda: Madiot, Millar, Zimmermann, Criquelion, Winnen y Herrera. Lemond no contaba porque es compañero de Hinault. Al final, vino su extraña maniobra, con la que Lemond arrastró tras de sí a Herrera, pero no llegaron a conectar. Delgado, que había sabido correr la etapa en todas sus fases, apareció al final, fresco y seguro de sí mismo, y se adelantó a Hinault para apuntarse la tercera victoria española en este Tour. Ahora se sitúa cuarto y se mete en el escaso grupo de los que aún cuentan. De momento, ha salido adelante en la primera gran selección que se produce en la prueba. Pero no puede decirse lo mismo de los demás. Claro que aún queda la etapa más dura de los Pirineos, la de hoy, y todos los Alpes.

Buena táctica

Pedro Delgado se había acostado el lunes con una idea clara seguir la rueda de Barnard Hinault durante toda la etapa de ayer: "Estaba seguro de que atacaría para abrir un buen agujero en la clasificación general con la finalidad de coger el liderato y defenderse en las siguientes etapas. Así que decidí salir a aguantarle hasta donde pudiera. Mis aspiraciones en este Tour siguen, por tanto, intactas". Es su segunda victoria en una etapa del Tour y, después de los triunfos anteriores de Pello Ruiz Cabestany y Ángel Sarrapio, la tercera de un ciclista español en la presente edición. Los corredores españoles no conseguían tantas victorias de etapa desde 1973, cuando Luis Ocaña, vencedor del Tour ese año, se anotó seis etapas y Vicente López Carril y Pedro Torres lograron una cada uno. Delgado explica así su triunfo: "Cuando le ataqué, me falló el cambio e Hinault reaccionó. Decidí entonces que era mejor esperar el final y, cuando vi que se abría mucho en la curva, demarré antes de que él tuviera tiempo de verme. Una vez delante, me convencí de que ganaba. Él pensaba en el liderato y le faltaba motivación para ganar la etapa".

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