Grecia, sorprendida por Cuba en un mal partido de Gallis

A Grecia, le faltaron ayer los 30 puntos de media que suele anotar Gallis. A la estrella helena le falló su proveedor de balones, Yiannakis, quien tuvo que ser sentado en el curso del segando tiempo. Una solución de emergencia, puesta en práctica por el técnico Politis, fue la de hacer jugar a Gallis como base acompañando a Stavropotilos. Esta decisión le permitió adquirir una ventaja momentánea de cinco puntos (64-59) en el segundo período, que hizo pensar, que Grecia terminaría por resolver el partido a su favor. Sin embargo, Cuba dio la sorpresa al alzarse al final con el triunfo, que deja ...

A Grecia, le faltaron ayer los 30 puntos de media que suele anotar Gallis. A la estrella helena le falló su proveedor de balones, Yiannakis, quien tuvo que ser sentado en el curso del segando tiempo. Una solución de emergencia, puesta en práctica por el técnico Politis, fue la de hacer jugar a Gallis como base acompañando a Stavropotilos. Esta decisión le permitió adquirir una ventaja momentánea de cinco puntos (64-59) en el segundo período, que hizo pensar, que Grecia terminaría por resolver el partido a su favor. Sin embargo, Cuba dio la sorpresa al alzarse al final con el triunfo, que deja a Grecia en el último puesto del grupo.Cuba ajustó sus marcajes y alejó a Gallis de la canasta, donde tenían ventaja por la mayor estatura media de sus pívots. Dominado el rebote e impedido Gallis de poder anotar con facilidad, Cuba consiguió que el partido no se le fuera de las manos para, a falta de dos minutos, volver a ponerse por delante (66-67). De nada había servido la vuelta a la cancha de Yiannakis, que tuvo su tarde oscura ante el envolvente juego del equipo caribeño.

Además, Yiannakis, un jugador situado entre los mejores lanzadores de tres tantos del campeonato, no pudo ejecutar su media habitual. Ayer se quedó en unos discretos dos triples de un total de siete intentos (28% de acierto). Sobre la pareja Gallis-Yiannakis pesan además los años y son jugadores que, al tener casi la responsabilidad de los 40 minutos de juego, ven, partido tras partido, cómo su resistencia física va menguando.