MUNDOBASKET 86

Los espectadores del pabellón de Málaga combaten con paipáis el intenso calor

Los espectadores del pabellón de Málaga tienen que combatir el calor con paipáis. Entre las mejoras realizadas en el pabellón municipal de deportes de Ciudad Jardín, con motivo de la celebración del Mundobasket, que han hecho que tanto el entorno cómo el interior no tengan. casi nada que ver con lo que eran hace unos meses, no se pudo incluir, a pesar de los deseos de la organización, un sistema de aire acondicionado. Lo más que se logró fue un sistema de renovación de aire.En el interior del pabellón deportivo se sufren temperaturas bastante altas que, además, se ven agravadas por la ola de c...

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Los espectadores del pabellón de Málaga tienen que combatir el calor con paipáis. Entre las mejoras realizadas en el pabellón municipal de deportes de Ciudad Jardín, con motivo de la celebración del Mundobasket, que han hecho que tanto el entorno cómo el interior no tengan. casi nada que ver con lo que eran hace unos meses, no se pudo incluir, a pesar de los deseos de la organización, un sistema de aire acondicionado. Lo más que se logró fue un sistema de renovación de aire.En el interior del pabellón deportivo se sufren temperaturas bastante altas que, además, se ven agravadas por la ola de calor que, como otros años, padece la capital malagueña en esta época, con temperaturas a veces muy por encima de los 30 grados centígrados. El calor es casi insoportable, para espectadores y jugadores.

Quizá por ello, sabedores de lo que iba a pasar, los mismos organizadores del campeonato en la ciudad malagueña repartieron en la primera jornada entre los espectadores paipáis, que fueron utilizados hasta la extenuación por los casi 3.000 aficionados asistentes a los encuentros Italia-China, Estados Unidos-Costa de Marfil y RFA-Puerto Rico.

En el primer partido de la jornada inagural del torneo en la sede Málaga, que disputaron las selecciones de Italia y China, el calor se hizo casi insoportable. Es casi seguro que fue éste uno de los motivos por los que los aficionados malagueños apenas si aplaudieron las acciones de los dos equipos contendientes, que también parecieron por su partes influidos por el fuerte calor reinante en la cancha.

También es verdad que el pobre juego, el mal espectáculo y el escaso interés ofrecido por los jugadores italianos y chinos no favorecieron los aplausos de los aficionados. Sucedió, además, que una de las manos de cada asistente al encuentro estuvo siempre inutilizada para tal menester con el paipay.

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