Tribuna:

Carta

No lo toques más, hombre. Lo que Dios ha desunido no lo vas a unir tú, porque tu divinidad, que no pongo en duda, es de otra pasta y nada sobrenatural. No me los unas más, que los deshaces. Si quieres escribir cartas pidiendo la unidad, escribe, eso sí, escribe, y de paso les reclamas 20 duros para la Unicef o para fomentar la propagación de cocina coreana en la Alcarria. Pero es que cada vez que te sacas la unidad de la bragueta se echan a temblar hasta los hermanos siameses, porque ya se ven venir el bisturí en vivo, hombre, que nos conocemos, y aquí quien más quien menos es un maestro en el...

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No lo toques más, hombre. Lo que Dios ha desunido no lo vas a unir tú, porque tu divinidad, que no pongo en duda, es de otra pasta y nada sobrenatural. No me los unas más, que los deshaces. Si quieres escribir cartas pidiendo la unidad, escribe, eso sí, escribe, y de paso les reclamas 20 duros para la Unicef o para fomentar la propagación de cocina coreana en la Alcarria. Pero es que cada vez que te sacas la unidad de la bragueta se echan a temblar hasta los hermanos siameses, porque ya se ven venir el bisturí en vivo, hombre, que nos conocemos, y aquí quien más quien menos es un maestro en el arte de decir lo que no se hace y de hacer lo que no se dice.Me recuerdas aquellas madres gordas, bigotudas y trágicas que preferían ver al hijo muerto antes que entre los brazos de una nuera delgada, afeitada y sensual. Ya sé, ya sé que eres de mal jubilar, de imposible jubilar, pero en otro tiempo dijiste esperar la jubilación para iluminarnos con el tesoro de tus experiencias vividas y remodelamos gracias a un periodismo teórico y crítico que echas y echamos en falta. Estos oficios, más algún viaje de vez en cuando a ver como prosperan las dinastías de Kim il Sung o de Ceaucescu y densas conversaciones con Felipe González sobre el azar y la necesidad como contra fuerzas que han impedido a ti ser Felipe González y a Felipe González ser Miguel Boyer, ofrecen un programa de tercera vicia nada despreciable, asegurado ya como tienes un lugar en la historia a partir, creo yo, del BUP.

Cuando masticas a tus adversarios ante las cámaras de TVE, esas cámaras que te quieren hoy más que ayer pero menos que mañana, cuando tiroteas a tus ex camaradas desde el Olimpo con disparos de fogueo unitario, hay quien comenta que serás genio y figura hasta la sepultura, pero también hay quien siente cierta vergüenza histórica y ajena, porque el sentido del ridículo es el primer sentido que nos abandona, y peor es perder el sentido del ridículo que la. protección de los desodorantes.

No les unas tanto, que los asfixias, y al fin y al cabo, ni los del PSOE te lo van agradecer, aunque de momento el espectáculo les entretenga.

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