LA CAMPAÑA ELECTORAL

'Silo', entre Argentina y Chile

Una luminosa mañana de mayo de 1969, un muchacho argentino, alto y místico, congregó a un nutrido grupo de amigos en las faldas del Aconcagua, una de las montañas más altas del mundo en la cordillera de Los Andes, y les comunicó que había nacido un nuevo movimiento redentor, el Poder Joven. Mario Rodríguez Cobo, apodado Silo por su aspecto alto y delgado, se convirtió pronto en el líder intelectual de la secta nacida entre Mendoza y Santiago de Chile. Su grupo de seguidores comenzó a extenderse especialmente entre los jóvenes. Uno de los principios de la organización era que la vida últ...

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Una luminosa mañana de mayo de 1969, un muchacho argentino, alto y místico, congregó a un nutrido grupo de amigos en las faldas del Aconcagua, una de las montañas más altas del mundo en la cordillera de Los Andes, y les comunicó que había nacido un nuevo movimiento redentor, el Poder Joven. Mario Rodríguez Cobo, apodado Silo por su aspecto alto y delgado, se convirtió pronto en el líder intelectual de la secta nacida entre Mendoza y Santiago de Chile. Su grupo de seguidores comenzó a extenderse especialmente entre los jóvenes. Uno de los principios de la organización era que la vida últil del ser humano acaba a los 25 años, por lo que sus militantes no podían tener más de esa edad. Aunque no tenían una posición política definida, sus miembros (principalmente universitarios o hijos de la clase alta) se unían con la izquierda en el rechazo a los cimientos de la sociedad establecida.Durante el Gobierno de la Unidad Popular en Chile, algunos de sus miembros tenían vinculaciones con la extrema izquierda, mientras otros llegaron a apoyar a grupos ultraderechistas. Al sobrevenir el golpe de Estado, el régimen militar persigió también a muchos dirigentes de Silo, acusándoles de corromper a los jóvenes con sexo y drogas, alterar el orden social con su rupturismo y destruir familias.

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Muchos líderes fueron encarcelados y otros debieron huir. Sobrevino una fase de reflexión. El grupo dejó de llamarse Silo o Poder Joven y pasó a denominarse Movimiento de la Religión Interior, aunque mantuvo su símbolo, un triángulo encerrado en una circunferencia. Más tarde, ya extendido en muchos países latinoamericanos y europeos, cambió otra vez de nombre para denominarse La Comunidad. De las reuniones y acciones de La Comunidad surgió, a mediados de 1984, el Partido Humanista, con un signo pacifista, ecologista y antimilitarista.

En la actualidad, el Partido Humanista tiene actividad en 40 países, incluyendo una decena de Europa y dos del campo socialista: Polonia y Rumanía. Sus dirigentes pretenden este año crear una Internacional.

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