TENIS

El sueco Pernfors disputará la final del torneo de Roland Garros ante el checoslovaco Lendl

Mikael Pernfors, un sueco de 22 años, se convirtió ayer en la revelación de la temporada tenística. Pernfors se clasificó para la final del torneo parisiense de Roland Garros al vencer al ftancés Henri Leconte por 2-6, 7-5,7-6 (7-4) y 6-3. Pernfors, que no es cabeza de serie, jugará el domingo la final contra el checoslovaco Ivan Lendl.

Pernfors es un sueco con el que nadie contaba. Hay muchos, y muy buenos, entre los 50 mejores del mundo, pero Pernfors, que no se ha convertido en profesional mientras no ha acabado sus estudiso universitarios en Georgia (EE UU), no entraba en esa lista ...

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Mikael Pernfors, un sueco de 22 años, se convirtió ayer en la revelación de la temporada tenística. Pernfors se clasificó para la final del torneo parisiense de Roland Garros al vencer al ftancés Henri Leconte por 2-6, 7-5,7-6 (7-4) y 6-3. Pernfors, que no es cabeza de serie, jugará el domingo la final contra el checoslovaco Ivan Lendl.

Pernfors es un sueco con el que nadie contaba. Hay muchos, y muy buenos, entre los 50 mejores del mundo, pero Pernfors, que no se ha convertido en profesional mientras no ha acabado sus estudiso universitarios en Georgia (EE UU), no entraba en esa lista al comenzar Roland Garros. Sin embargo, tras ganar aquí a Edberg, Seguso, Jaite, Becker y Leconte y ante la eliminación prematura de sus compatriotas, Pernfors se ha convertido en la baza sueca para la final. Aspira a amargársela a Lendl.Ayer, frente a Leconte, Pemfors dio una nueva lección de tenis inteligente. Como frente a Becker, esperó a que Leconte bajase su demencial ritmo inicial para utilizar todos sus recursos desde el fondo. Su cuerpo no es el estilizado que apunta entre los tenistas. Parece el torpe de la clase de gimnasia, pero sus piernas responden con la rapidez de un velocista y con la resistencia de un maratoniano.

El partido, suspendido dos veces por la lluvia, se decidió en la muerte súbita de la tercera manga a favor de este joven sueco que perdió una beca en la universidad de Stanford (Florida) por "nivel insuficiente en tenis".

El primer partido de semifinales no existió. Fue un error. Ivan Lendl ni siquiera se quitó los pantalones largos de su chandal y se limitó a aprovechar el vacío mental de Johan Kriek, un estadounidense de origen surafricano asustado hasta tal punto que se olvidó de jugar al tenis. "Ha sido un día desastroso", dijo luego; "no debería haberme levantado de la cama". Lo mismo debían de pensar los 15.000 espectadores que sufrieron una pertinaz llovizna en las gradas para soportar todo un despliegue de errores. Lendl venció por 6-2, 6-1 y 6-0.

Por otro lado, cuando esta tarde comience la final femenina entre las estadounidenses Martina Navratilova, de origen checoslovaco, y Chris Evert, los millones de telespectadores que sigan el partido tendrán la sensación de haberlo visto ya. No en vano será su 69º partido. Martina, que ha ganado 18 de los 20 últimos, es la favorita.

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