Los pilotos de fórmula 1 reconocen que están en manos de los ordenadores

El actual campeón del mundo de fórmula 1, el francés Alain Prost, reciente vencedor del Gran Premio de San Marino, disputado el pasado domingo en Imola, reconoció nada más concluir la carrera: "En estos momentos, los pilotos estamos en manos de los ordenadores, porque ellos son los que controlan el consumo de nuestros coches".

Desde 1973, fecha en que la Federación Internacional del Deporte del Automóvil (FISA), fijó en 250 litros la capacidad máxima de los depósitos, hasta los 195 actuales y los 185 a partir de 1988, el carburante ha pasado a ser la principal obsesión de los pilotos de...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El actual campeón del mundo de fórmula 1, el francés Alain Prost, reciente vencedor del Gran Premio de San Marino, disputado el pasado domingo en Imola, reconoció nada más concluir la carrera: "En estos momentos, los pilotos estamos en manos de los ordenadores, porque ellos son los que controlan el consumo de nuestros coches".

Desde 1973, fecha en que la Federación Internacional del Deporte del Automóvil (FISA), fijó en 250 litros la capacidad máxima de los depósitos, hasta los 195 actuales y los 185 a partir de 1988, el carburante ha pasado a ser la principal obsesión de los pilotos de Fórmula 1. Es también el problema más complicado a que se enfrentan los ingenieros de los diversos equipos así como la sorpresa mayor de los espectadores que, por ejemplo, el pasado domingo contemplaron cómo el finlandés Keke Rosberg (McLaren-TAG Porsche), segundo en ese momento, y más tarde el italiano Riccardo Patrese (Brabham-BMW), tercero al retirarse Rosberg, se veían obligados a aparcar sus monoplazas en el arcén de la pista, al quedarse sin combustible.El brasileño Nelson Piquet (Williams-Honda), segundo en Imola y actual líder del Mundial en compañía de su compatriota Ayrton Senna (Lotus-Renault), manifestaba, durante el Gran Premio de España celebrado en el nuevo circuito de Jerez, que "hoy en día, el piloto que se queda sin gasolina durante la carrera es un idiota o un despistado". Piquet hacia referencia así a los grandes adelantos que equipan en estos momentos sus complejos monoplazas.

Todos los vehículos están dotados de un ordenador que suministra constantemente información al piloto y que, mediante una pequeña pantalla situada en el panel de mandos, informa con frases como "a este ritmo te quedan 5 litros" o "a este ritmo llegarás con menos 6 litros".

Senna manifestó nada más concluir el Gran Premio de Brasil, que inauguró el Mundial el pasado 23 de marzo: "Piquet me pasó como un cohete; su Williams va mucho más deprisa que nuestro Lotus. Cuando quise seguirle, el ordenador me informó que, de seguir a ese ritmo, me iba a quedar sin gasolina en pocas vueltas, así que decidí levantar el pie del acelerador y correr de forma conservadora".

Declaraciones de Prost

"Vi que el ordenador me indicaba que aún había tres litros en el depósito, pero la bomba no aspiraba más y tuve que recorrer en zig zag los últimos metros para llegar hasta la meta", explicó Prost al concluir la carrera de Imola. "Este año", aseguró el actual campeón, "me he dado cuenta de que la limitación de carburante falsea las carreras, porque hay que correr administrando la potencia de los motores y corres el riesgo de pasarte, en el ahorro y no ganar, o de gastar más de la cuenta y no llegar. En definitiva, un lío".El austriaco Gerhard Berger, la auténtica revelación de los primeros grandes premios de esta temporada, al conseguir en Imola un brillante tercer puesto tras entrar en los puntos -entre los seis primeros- en Brasil y España, reconoció que no había superado a Prost en el momento de la llegada. "De haberlo hecho", dijo, "me hubiese visto obligado a dar una vuelta más [5.040 metros] al circuito para ocupar el tercer puesto, y el ordenador me decía que no tenía suficiente gasolina".

Prost reconoció a la agencia France Presse: "Este gran premio no me ha hecho cambiar de opinión en torno al problema del consumo. Hoy en día sólo hay dos equipos que puedan ganar: Williams y McLaren. Las pequeñas escuderías no podrán sobrevivir. Y, ahora, los pilotos estamos a merced de los ordenadores". Prost asegurá que, para poder, soportar el ritmo de la carrera y no consumir en exceso, había ordenado que regulasen la presión de su. turbo al mínimo. "Rosberg me ha reconocido que su abandono por falta de combustible se debió a que había dado la mayor potencia a su turbo al inicio de la carrera", dijo.

Archivado En