Tribuna:

Murphy

Mi filósofo favorito es un tal Murphy. El fascinante sistema murphyano parte de un simple aforismo de siete palabras, aunque sus glosas, exégesis y comentarios llenan vastas bibliotecas. Dijo Murphy: "Si algo puede ir mal, irá mal". Desde que tropecé con Murphy le soy fiel. He comprobado que los sitios libres para aparcar el coche siempre están al otro lado de la calle, que la página del libro que me interesa es la que está arrancada, que cada solución genera nuevos problemas, que nada es tan fácil como parece a primera vista, que todo cuesta más tiempo, esfuerzo y dinero que lo calc...

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Mi filósofo favorito es un tal Murphy. El fascinante sistema murphyano parte de un simple aforismo de siete palabras, aunque sus glosas, exégesis y comentarios llenan vastas bibliotecas. Dijo Murphy: "Si algo puede ir mal, irá mal". Desde que tropecé con Murphy le soy fiel. He comprobado que los sitios libres para aparcar el coche siempre están al otro lado de la calle, que la página del libro que me interesa es la que está arrancada, que cada solución genera nuevos problemas, que nada es tan fácil como parece a primera vista, que todo cuesta más tiempo, esfuerzo y dinero que lo calculado al principio y, sobre todo, que cuando en un mes hay dos acontecimientos que merecen la pena, los dos serán la misma noche. Soy optimista por naturaleza, aunque sospecho que la naturaleza está del lado del defecto oculto. Hasta ahora Murphy era mi héroe. Pero los chicos del PSOE me lo han destrozado. No contentos con organizar un referéndum sobre la OTAN y además ganarlo, convocan ahora elecciones generales coincidiendo con los Mundiales de fútbol. Somos el pasmo de Occidente. Si lo de marzo fue un acto contra natura, esto de junio es contra cultura. Que si no recuerdo mal el fútbol sigue siendo aquí el primer acontecimiento de masas y durante la Copa del Mundo todo lo que no es esférico desa parece del mapa. Soy incapaz de imaginarme una campaña electoral en medio de un campeonato mundial. Yo hubierajurado descabellada esa coincidencia de fechas, pero ya no oso ser murphysta con tanta chiripa socialista. Han demostrado que todo lo que puede y debe ir mal, les va redondo. Por eso temo lo peor en junio. Lo que me inquieta de esta nueva imprudencia, ciertamente ingeniosa, no es que los Mundiales distraigan la campaña electoral, sino que los mítines perturben los Mundiales. Admito que el fútbol pudo ser el opio del franquismo para despolitizarnos, pero estos antimurphyanos son muy capaces de desfutbolizar el país con la cocaína política. Y seria lamentable por una razón narrativa. Sabemos de antemano qué partido ganará en España, pero esos partidos de México están repletos de incertidumbre.

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