CARRERAS DE CABALLOS

Continuos fallos organizativos agudizan la crisis de Pineda

Los continuos fallos de organización en las seis jornadas hasta ahora disputadas de la temporada de otoño-invierno que se corre en el hipódromo de Pineda, en Sevilla, han dado una imagen de poca seriedad a este período hípico. Inexplicables decisiones de los comisarios de carreras, despistes del juez de peso y presuntas irregularidades en la toma de muestras del control de drogas agudizan la crisis que vive.

Los responsables de Pineda culpan a Madrid de los errores que se cometen y los directivos de Madrid hablan de que en Pineda hay poca seriedad. La directiva sevillana no quiere inver...

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Los continuos fallos de organización en las seis jornadas hasta ahora disputadas de la temporada de otoño-invierno que se corre en el hipódromo de Pineda, en Sevilla, han dado una imagen de poca seriedad a este período hípico. Inexplicables decisiones de los comisarios de carreras, despistes del juez de peso y presuntas irregularidades en la toma de muestras del control de drogas agudizan la crisis que vive.

Los responsables de Pineda culpan a Madrid de los errores que se cometen y los directivos de Madrid hablan de que en Pineda hay poca seriedad. La directiva sevillana no quiere invertir ni un duro en las instalaciones del hipódromo, porque Pineda es un club privado que no recibe ningún beneficio a cambio de que en sus instalaciones se dispute esta temporada, y la Real Sociedad de Fomento no quiere gastarse mucho dinero en este hipódromo, ya que no es suyo.De este descargo de responsabilidades son víctimas las personas que trabajan en Pineda. Así, Fernando Santana, veterinario oficial del hipódromo, se queja de que las instalaciones construídas para la toma de muestras son insuficientes: "Los de Madrid han hecho lo que han querido sin conocer nuestras necesidades. Tengo muy pocas cuadras para guardar los caballos que tienen que someterse al control de drogas. Es necesario que a veces estén varias horas hasta lograr que orinen y a veces tenemos que desistir y sacarles sangre".

Manuel Rodríguez, profesor de la facultad de Veterinaria de la universidad Complutense de Madrid, ha dicho: "Detectar alguna sustancia en la sangre es prácticamente imposible, porque la concentración que se produce en la sangre circulante es muy pequeña, y aunque exista algún producto extraño es muy posible que no se encuentre". Según los veterinarios consultados, también es muy difícil detectar algo en la saliva; los casos de caballos drogados se dan siempre al analizar la orina.

Las muestras se obtienen en Pineda en un recinto cercano a donde se encuentran las cuadras. El veterinario cuenta con varios ayudantes, personal no cualificado, que como se pudo comprobar no conocen los caballos que en ese momento se encuentran en control. Frases como "¿Quién es este caballo?" son habituales y se oyeron el domingo pasado tras la victoria de la yegua Abella en una de las pruebas de la jornada, cuando ésta paseaba por las dependencias del control a la espera de ser atendida. El comentario insistente en Pineda es que en Sevilla no todos los caballos que ganan pasan el control antidrogas, que hacer el cambio es fácil porque no los conocen y además no miran las cartillas de identificación.

El domingo pasado, el juez de peso, tras la disputa de una prueba, no se percató de que uno de los jinetes, Ramos, no se había pesado al terminar la carrera, requisito que figura en el código de carreras, para comprobar que el caballo había corrido con el peso que se le adjudicó.

Mientras los comisarios decidían sobre el caso, en las taquillas se comenzaron a pagar las apuestas acertadas en combinación con el caballo en litigio, y en los vestuarios, los jinetes daban palmas Fuera, un directivo enojado decía: "Que se callen, que aunque no lo parezca este hipódromo es hoy tan serio como el de Longchamp el día que se corre el Arco de Triunfo".

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