Veronique Azam

Una francesa afincada en la India es la única mujer occidental solista del danzas 'kathak'

Veronique Azam fue la gran sorpresa para el público madrileño. Rubia, de expresivos ojos azules, contrastaba violentamente con sus compañeras, muy morenas y de ojos negros. Forma parte de la compañía de Bírju Maharaj, que se presentó en el teatro Español dentro del Festival de Otoño. Su correcta interpretación del estilo kathak hizo a su director tomar la decisión de incluirla en su gira europea. Ella misma reconoce que su corazón está dividido entre la India y su Francia natal.

"Mi fascinación por la India comenzó muy pronto, a los nueve años, y recuerdo vivamente aquel primer contacto...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Veronique Azam fue la gran sorpresa para el público madrileño. Rubia, de expresivos ojos azules, contrastaba violentamente con sus compañeras, muy morenas y de ojos negros. Forma parte de la compañía de Bírju Maharaj, que se presentó en el teatro Español dentro del Festival de Otoño. Su correcta interpretación del estilo kathak hizo a su director tomar la decisión de incluirla en su gira europea. Ella misma reconoce que su corazón está dividido entre la India y su Francia natal.

"Mi fascinación por la India comenzó muy pronto, a los nueve años, y recuerdo vivamente aquel primer contacto". Veronique Azam habla de la India con el entusiasmo que le transmitieron sus padres. Ellos dejaron París y se establecieron en Nueva Delhi para estudiar a fondo la antigua música hindú. Veronique no había cumplido los nueve años, y su madre, como quien la lleva a la escuela de ballet, le puso una profesora particular de danza."El primer aprendizaje que hice no fue demasiado importante ni riguroso, pero dos años después conocí a Birju Maharaj y ya decidí no volver a Francia con mis padres. Me quedé allí hasta aprender todo, desde la lengua hasta los más sutiles secretos de la danza kathak".

Veronique contesta en castellano. No consigue hablarlo con fluidez, pero lo entiende todo. Se ayuda intercalando frases en perfecto inglés y francés. "Ya domino el hindi, ha sido muy largo aprenderlo, pero como empecé muy niña he podido incorporar con naturalidad todos los términos. Es un idioma muy rico y lleno de bellezas".

Los miembros de la compania muestran a Veronique como un logro. "Ellos están orgullosos del resultado obtenido conmigo, de que un occidental pueda hacer esto bien. Tengo que reconocer que he tenido más dificultad con la expresión que con los pasos de baile. Por eso mi maestro se empeña en que haga muchas giras y baile todo lo que pueda".

Al preguntarle cuándo volverá a Europa, Veronique niega con la cabeza y, a través de su dulce sonrisa, dice: "No sé si podría vivir en Occidente ahora, estoy muy a gusto allí. Vengo a veces a Europa o a Estados Unidos a trabajar, pero vuelvo siempre a la India. Todavía tengo mucho que perfeccionar en mi baile".

Los críticos de danza de la India han dicho que el baile de Veronique Azam es como un diamante bien tallado y pulido. Ella junta las manos a la manera hindú y exclama: "¡Eso es demasiado para mí! Cuando leo esas cosas me parece que hablan de otra persona".

Cuando bailó en Kachemira hubo una gran confusión: "Allí hay muchachas tan rubias como yo. Al salir al escenario el público no sabía si yo era del lugar o era extranjera. Durante toda la representación discutieron mi origen".

La identificación de la bailarina con su país adoptivo no es, sin embargo, absoluta. Veronique Azam es el único miembro del grupo de Birju Maharaj que no es vegetariano: "No puedo remediarlo, la cocina francesa me sigue gustando igual".

Archivado En