Escasa incidencia de la huelga general convocada en Francia

La jornada de lucha convocada ayer por el sindicato comunista Confederación General del Trabajo (CGT) tuvo menos repercusiones que las previstas en el sector de los servicios públicos, y muy especialmente en el de transportes comunales, que funcionaron en París en un 80% de los casos, según fuentes gubernamentales. La CGT logró, sin embargo, reunir en la capital francesa una importante manifestación, de 20.000 a 25.000 personas, que protestaron contra la política de austeridad de Laurent Fabius. Los dos únicos incidentes importantes se registraron en París y en Perpiñán. En la capit...

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La jornada de lucha convocada ayer por el sindicato comunista Confederación General del Trabajo (CGT) tuvo menos repercusiones que las previstas en el sector de los servicios públicos, y muy especialmente en el de transportes comunales, que funcionaron en París en un 80% de los casos, según fuentes gubernamentales. La CGT logró, sin embargo, reunir en la capital francesa una importante manifestación, de 20.000 a 25.000 personas, que protestaron contra la política de austeridad de Laurent Fabius. Los dos únicos incidentes importantes se registraron en París y en Perpiñán. En la capital francesa, un coche, al parecer con matrícula extranjera, se abalanzó sobre los manifestantes, hiriendo gravemente a uno de ellos y alcanzando ligeramente a otro. Los ocupantes del vehículo se dieron a la fuga y todavía no han sido detenidos.

En Perpiñán, se produjeron enfrentamientos entre fuerzas de la policía y trabajadores de los ferrocarriles, que se oponían al paso del talgo Barcelona-Ginebra. Un policía y dos manifestantes resultaron ligeramente contusionados.

El hecho de que los transportes públicos funcionaran en buena parte no impidió que París y las principales ciudades francesas sufrieran ayer enormes embotellamientos en la circulación rodada. Muchas personas que viven en los barrios periféricos y trabajan en el centro de las ciudades decidieron coger sus vehículos privados ante el temor de que los ferrocarriles de cercanías no transitaran con la cadencia habitual. El temor estaba justificado por el hecho de que los trabajadores del sector eléctrico realizaron pequeños cortes de suministro desde primeras horas de la mañana.

A nivel industrial, la jornada de lucha no tuvo un gran eco, puesto que la mayoría de las grandes fábricas sufrió sólo breves interrupciones de trabajo, y en algunos casos funcionaron normalmente, como en Peugeot. Por el contrario, los estibadores de los muelles se unieron a la huelga al 100% y los mineros se dividieron: en el norte acudieron al trabajo y en el centro pararon la producción todo el día.

Capacidad de movilización

El secretario general de la CGT, Henri Krasucki, consideró que los resultados eran altamente satisfactorios y que la central había demostrado su capacidad de movilización, pese a encontrarse completamente aislada. Los otros sindicatos rehusaron unirse al llamamiento por considerar que se trataba de una huelga política y no laboral, a sólo cinco meses de las elecciones legislativas. Krasucki resaltó la presencia de varios miles de manifestantes en París y en otras ciudades del país, lo que constituye una cifra más amplia que la movilizada por la CGT en su última huelga general, celebrada en 1980.

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