TORNEOS EUROPEOS DE FUTBOL

El Barça no desperdició sus dos únicas ocasiones

El Barcelona vive tiempos grises de espera, de aprovechar lo que se presenta; de aguardar, en definitiva, otros mejores. Anoche, sin ir más lejos, el conjunto azulgrana logró concretar las dos únicas ocasiones de gol que tuvo. Y, como antes un flamenco bien flamenco de los flamencos de verdad, se apiadó de él, el 2-0 quedó como re sultado definitivo. Todo sucedió en diez minutos: del 60 al 70.Los 59 anteriores tuvieron ambiente, pero escaso fútbol. El Barcelona jugó precipitadamente, olvidando que lo mejor, cuando uno tiene prisa, es vestirse despacio. Y el Oporto guardó la bala, como ellos ll...

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El Barcelona vive tiempos grises de espera, de aprovechar lo que se presenta; de aguardar, en definitiva, otros mejores. Anoche, sin ir más lejos, el conjunto azulgrana logró concretar las dos únicas ocasiones de gol que tuvo. Y, como antes un flamenco bien flamenco de los flamencos de verdad, se apiadó de él, el 2-0 quedó como re sultado definitivo. Todo sucedió en diez minutos: del 60 al 70.Los 59 anteriores tuvieron ambiente, pero escaso fútbol. El Barcelona jugó precipitadamente, olvidando que lo mejor, cuando uno tiene prisa, es vestirse despacio. Y el Oporto guardó la bala, como ellos llaman a la pelota, y pensó que esta eliminatoria de la taça de Europa, como ellos denominan a la copa, era pan comido. Los últimos 19 minutos fueron bruscos, casi violentos, porque unos buscaban desesperadamente el gol salvador y otros mantener la ventaja. Todo ello, con un flamenco que, no contento con el zapateado que les había hecho a los portugueses, se marcó luego un claqué anulándoles un gol a instancias de un juez de línea tardón.

Lo que pasó anoche es fácil de contar: narrando esos diez minutos se narra todo. Dos después de la injusticia del agarrón de Migueli a Juary sin sanción, Marcos voló sobre el nido de Ze Beto. Ocho más tarde, Schuster logró uno de los tantos más hermosos de la historia del Camp Nou: paró el balón con el pecho y se fue girando suave y lentamente sobre su pie izquierdo, mientras elevaba progresivarriente el derecho, que estableció contacto con el cuero justo cuando ya estaba encarado hacia la puerta. Un gol a cámara lenta.

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