Crítica:El cine en la pequeña pantalla

Otra realidad

El año pasado en Marienbad es uno de los títulos míticos del llamado cine de autor, un concepto acuñado en Europa y que los jóvenes cineastas franceses hicieron suyo para exigir una mayor libertad para el cine y más responsabilidad para los directores, exigencias que tuvieron, además, la fortuna de ser formuladas en un momento en que podían ser atendidas, cuando el sistema de los grandes estudios y la producción seriada estaba hundiéndose y se optaba por individualizar cada película. El año pasado en Marienbad fue dirigida por Alain Resnais a partir de Alain Robbe-Grillet,...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El año pasado en Marienbad es uno de los títulos míticos del llamado cine de autor, un concepto acuñado en Europa y que los jóvenes cineastas franceses hicieron suyo para exigir una mayor libertad para el cine y más responsabilidad para los directores, exigencias que tuvieron, además, la fortuna de ser formuladas en un momento en que podían ser atendidas, cuando el sistema de los grandes estudios y la producción seriada estaba hundiéndose y se optaba por individualizar cada película. El año pasado en Marienbad fue dirigida por Alain Resnais a partir de Alain Robbe-Grillet, que es el auténtico coautor de este filme glacial y fascinante.Dejemos que sea el propio Robbe-Grillet quien hable de la película y explique los términos de su colaboración con el cineasta: "Yo conocía la obra de Resnais y admiraba su composición tan organizada, rigurosa, hecha sin la menor preocupación por agradar. En ella reconocía mis propios esfuerzos hacia una solidez un poco ceremoniosa, una cierta lentitud, un sentido de lo teatral, incluso a veces ese hieratismo en las actitudes, la rigidez de los gestos, de las palabras, del decorado, que hacen que pienses que todo aquello es, a un mismo tiempo, un espacio poblado por estatuas y una ópera. Y, por último, encontraba también en su obra ese intento de construir un espacio y un tiempo puramente mentales -aquellos del sueño o quizás los de la memoria, aquellos propios de la vida afectiva- sin preocuparse demasiado por la causalidad tradicional de los acontecimientos y su encadenado coherente, ni por la cronología de la anécdota".

La película intenta seguir o crear una estructura pareja a la del espíritu, en la que el tiempo y la intensidad no tiene nada que ver con la realidad tal y como la entendemos cartesianamente. Lo importante, siempre según Robbe-Grillet, es que "lo que convierte el cine en un arte es su capacidad para fabricar otra realidad con las formas que le son propias". Esta película significó el descubrimiento para el cine de la actriz de teatro Delphine Seyring. Los otros dos coprotagonistas, Giorgio Albertazzi y Sacha Pitoëf, también provenientes del mundo teatral, no se inclinaron por ese camino.

El año pasado en Marienbad se emite hoy a las 21.30 por TVE-2.

Archivado En