Claus von Amsberg, un príncipe aficionado al golf

Diplomático nacido en el seno de una familia aristocrática alemana, Claus von Amsberg, que cumplió el pasado 6 de septiembre los 59 años de edad, conserva un aceptable castellano de la etapa vivida como diplomático en varios países latinoamericanos. El príncipe consorte, casado con Beatriz de Holanda en 1966, es una figura particular dentro de la familia real holandesa. Pertenece al Consejo de Estado, como la propia reina y el príncipe heredero, Guillermo Alexandre, el mayor de los tres hijos habidos en su matrimonio con Beatriz de Holanda y que ha cumplido recientemente los 18 años de ...

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Diplomático nacido en el seno de una familia aristocrática alemana, Claus von Amsberg, que cumplió el pasado 6 de septiembre los 59 años de edad, conserva un aceptable castellano de la etapa vivida como diplomático en varios países latinoamericanos. El príncipe consorte, casado con Beatriz de Holanda en 1966, es una figura particular dentro de la familia real holandesa. Pertenece al Consejo de Estado, como la propia reina y el príncipe heredero, Guillermo Alexandre, el mayor de los tres hijos habidos en su matrimonio con Beatriz de Holanda y que ha cumplido recientemente los 18 años de edad.Aficionado al golf, el príncipe Claus es un entusiasta seguidor de los jugadores españoles Severiano Ballesteros y Manuel Piñero, a los qu e considera auténticas glorias de este deporte. Claus von Anisberg conoce la Costa del Sol y. el observatorio inaugurado recientemente en las islas Canarias y, en un breve encuentro con periodistas españoles, ha manifestado recientemente su deseo de conocer algunas de las capitales culturales más importantes de nuestro país.

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En el mismo encuentro, el príncipe de Holanda resaltó las diferencias de educación que existen entre su hijo Guillermo y el príncipe Felipe de Borbón, debido fundamentalmente a las diferencias que presenta la realidad social de ambos países. El príncipe heredero holandés ha ingresado, no obstante, en la Armada de su país, siguiendo sus preferencias, para cumplir el servicio militar obligatorio en aquel país.

De Holanda opina este alemán, cuya nacionalidad fue un indudable obstáculo para la asimilación de su figura por parte de los holandeses -no hay que olvidar los amargos recuerdos que la Il Guerra Mundial han dejado en Holanda-, que se ha convertido definitivamente en su patria, aunque el príncipe Claus recalca por encima de todo su identidad de europeo.

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