La combatividad del actual Mundial de ajedrez contrasta con el aburrimiento anterior

Los soviéticos Anatoli Karpov, actual campeón, y Gari Kasparov, aspirante, disputan hoy en Moscú la octava partida del Mundial de ajedrez. El marcador parcial favorece a Karpov por 4-3. Combatividad y alta calidad técnica son hasta ahora las notas predominantes del encuentro, lo que contrasta con el aburrimiento y el bajo nivel que presidieron su maratoniano enfrentamiento anterior.

La nueva reglamentación de la Federación Internacional (FIDE) y la enorme rivalidad existente entre Karpov y Kasparov son las principales causas de este cambio de actitud, que supone un revulsivo para la...

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Los soviéticos Anatoli Karpov, actual campeón, y Gari Kasparov, aspirante, disputan hoy en Moscú la octava partida del Mundial de ajedrez. El marcador parcial favorece a Karpov por 4-3. Combatividad y alta calidad técnica son hasta ahora las notas predominantes del encuentro, lo que contrasta con el aburrimiento y el bajo nivel que presidieron su maratoniano enfrentamiento anterior.

La nueva reglamentación de la Federación Internacional (FIDE) y la enorme rivalidad existente entre Karpov y Kasparov son las principales causas de este cambio de actitud, que supone un revulsivo para la popularidad del ajedrez.

Desde el pasado 3 de septiembre, los cerebros de Anatoli Karpov (34 años) y Gari Kasparov (22) se han enfrentado siete veces en una lucha silenciosa pero feroz. Una mirada fija a los ojos del oponente, mientras se avanza un peón, o un paseo por el escenario en actitud displicente tras el salto de un caballo, pueden transmitir tanta violencia como el más espectacular golpe boxístico.

Tras la revolución iraní, Jomeini prohibió la práctica del ajedrez, al que calificó como un juego diabólico. En cambio, el pasado sábado la televisión soviética, dedicó 20 minutos de su programación nocturna al comentario de la partida disputada pocas horas antes por Karpov y Kasparov. Al día siguiente millones de aficionados de todo el mundo pudieron estudiar las jugadas en sus hogares a través de la prensa escrita. Diabólico o no, algo raro debe de tener el llamado deporte ciencia para despertar tanto interés.

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