Crítica:

Adán en un cohete

En primer lugar, vamos a olvidar que el director de Saturno 3 es Stanley Donen. Olvidémoslo, sí, porque Donen es un autor, y como autor, un ser pensante que crea, intenta y da a sus productos personalidad. La hay en todas sus obras menos en ésta, en Saturno 3, donde tuvo que coger las riendas de la puesta en escena -él es productor ejecutivo del pastel- al desaparecer del mapa el director inicial, John Berry. Digamos que se limitó a decir acción y corten donde había que decirlo, y nada más.Olvidado está. Pues bien, Saturno 3 es una reciente película de ficción cient...

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En primer lugar, vamos a olvidar que el director de Saturno 3 es Stanley Donen. Olvidémoslo, sí, porque Donen es un autor, y como autor, un ser pensante que crea, intenta y da a sus productos personalidad. La hay en todas sus obras menos en ésta, en Saturno 3, donde tuvo que coger las riendas de la puesta en escena -él es productor ejecutivo del pastel- al desaparecer del mapa el director inicial, John Berry. Digamos que se limitó a decir acción y corten donde había que decirlo, y nada más.Olvidado está. Pues bien, Saturno 3 es una reciente película de ficción científica al uso, que bebe en las fuentes de Alien. ¿Un filme de serie B? Sí, seguro, algo más lustroso en su superficie que Planeta prohibido, pero serie B al fin y al cabo. Y por esa especificidad y asumida plataforma de lanzamiento, nuestros ojos han de ser más benévolos al juzgar el producto y darle el plácet, ya que, de estar hoy en su apogeo las salas de barrio y los programas dobles, éste sería un complemento irreprochable.

El inicio de la película podría hacer pensar en una versión galáctica de Adán y Eva. El protagonista, además, casi se llama Adán: Adam. Y Adam vive con su costilla, ellos dos solos, en una estación espacial dedicada a no sé qué demonios de la alimentación. Viven felices y podrían dar origen a una nueva especie humana extraterrestre. No es así: llegan Harvey Keitel y su maldito robot con malsanas intenciones, y la película se anima. Vamos, ahí empieza la película, la angustia y el miedo.

¿Los actores? Muy bien Keitel, que tiene ojos de sádico y peor mente, pero Kirk Douglas y la Farrah forman una pareja digna de acudir al libro de reclamaciones al salir del cine. Él, que podría ser el abuelo de ella, no se hace creíble como amante, a pesar de exhibirnos un desnudo integral impropio de las viejas glorias. Y ella sigue siendo un angelito, una Doris Day intergaláctica de dientes fenómenos y resto fenómeno, pero incapaz de sustraer del público lo que antes sabían sustraer las actrices, y no precisamente la Day.

Marchando una de Ozores

¿Hará falta también olvidar que el director de la película de esta tarde es Mariano Ozores? Lo que valdría la pena olvidar es que esta tarde ponen película. Y eso que no es de las peores suyas, ¡cuidado! Porque, con ser mala, Alegre juventud sobrenada por encima del landismo que todavía no había descubierto el director. Esta comedia seminarista, moralista, como siempre oportunista, pese a sus ocasionales atractivos de interpretación, es una lata de aquellas que ustedes ya saben, y los de la tele no. O tienen muy mala uva.

Alegre juventud se emite hoy a las 16.05 por TVE-1. Saturno 3 se emite hoy a las 21.35 por TVE-1

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