Europa confía en quebrar la supremacía de Estados Unidos en la Ryder Cup de golf

ENVIADO ESPECIALTodo está preparado en Sutton Coldfield, 24 kilómetros al este de Birmingham (Reino Unido), para el encuentro que, a partir de hoy y hasta el próximo domingo, disputarán las selecciones de golf de Europa y Estados Unidos, en cumplimiento de la 26ª edición de la Ryder Cup. La esperanza de que este año, por fín, se cortará la racha victoriosa de los estadounidenses -el último triunfo europeo fue en 1.957- ha provocado un gran ambiente en el campo de Belfry, escenario del encuentro más importante que se celebra en el mundo del golf a nivel de selecciones. El enfrentamiento se libr...

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ENVIADO ESPECIALTodo está preparado en Sutton Coldfield, 24 kilómetros al este de Birmingham (Reino Unido), para el encuentro que, a partir de hoy y hasta el próximo domingo, disputarán las selecciones de golf de Europa y Estados Unidos, en cumplimiento de la 26ª edición de la Ryder Cup. La esperanza de que este año, por fín, se cortará la racha victoriosa de los estadounidenses -el último triunfo europeo fue en 1.957- ha provocado un gran ambiente en el campo de Belfry, escenario del encuentro más importante que se celebra en el mundo del golf a nivel de selecciones. El enfrentamiento se libra cada dos años entre los 12 mejores jugadores de Europa y los 12 mejores de Estados Unidos. Por primera vez en la historia de la competición, cuatro jugadores españoles forman parte del equipo europeo la presencia de Severiano Ballesteros, Manuel Piñero, José María Cañizares y José Rivero revela la importancia del golf español.

Hace 28 años que Estados Unidos no pierde la Ryder Cup. La última vez que lo hizo coincidió con el nacimiento de Severiano Ballesteros, Bernhard Langer, Nick Faldo y Ken Brown, cuatro de las grandes esperanzas europeas para recuperar una copa que instituyó un millonario inglés, pero cuya corona siempre ha pertenecido a los norteamericanos. Ballesteros y Langer, que se disputan los primeros lugares entre los mejores jugadores del mundo, han crecido ya lo suficiente como para entender la importancia de la competición.El dominio estadounidense sobre esta competición llegó a ser tan abrumador que incluso muchos temieron por su desaparición. En 25 ediciones, los norteamericanos han acumulado 21 victorias, por sólo tres europeas y un empate que se produjo en 1969. Entonces los enfrentamientos se hacían entre una selección de Estados Unidos y una del Reino Unido. Pero para que la competición no perdiera interés y evitar su muerte, los británicos tuvieron la feliz idea de integrar, en 1979, a jugadores de otras nacionalidades. Los primeros no británicos que jugaron la Ryder Cup fueron precisamente dos españoles: Severiano Ballesteros y Antonio Garrido. Hoy ya son cinco los británicos en ese equipo de 12 jugadores y cuatro los españoles convocados.

El disgusto de Ballesteros

Europa, sin embargo, todavía no ha podido quitarse de encima el dominio norteamericano. En 1979, a pesar de contar con Ballesteros y Garrido, Europa perdió por 17 puntos a 11. En 1981, el hijo adoptivo de los británicos, Ballesteros, se volvió rebelde. No jugó los suficientes torneos en Europa y no fue seleccionado por el entonces capitán John Jacobs, que podía haber elegido a dedo a tres jugadores. El disgusto de Ballesteros fue tremendo porque esperaba estar en la Ryder Cup y la derrota europea fue todavía más clara por 18,5 puntos a 9,5. Manuel Piñero y José María Cañizares fueron la aportación española al equipo europeo. En 1983, el inglés Tony Jacklin convenció a Ballesteros para. que volviera al equipo y jugara en Florida el 25º aniversario de la Ryder Cup. Desde 1957 hasta entonces, Europa no había estado tan cerca de la victoria. El triunfo final fue norteamericano por la diferencia mínima de un punto (14,5 a 13,5).Capitaneado por Lee Treviño, el equipo norteamericano que jugará la Ryder Cup destaca por la ausencia de figuras relevantes como Nick1aus y Watson. Sin embargo, los 12 jugadores que intentarán conseguir la vigésimosegunda victoria de los Estados Unidos en esta competición han demostrado a lo largo de la temporada una gran regularidad. El equipo está encabezado por los ganadores del Open de Estados Unidos (Andy North) y del Open de la PGA (Hubert Green). La selección continúa con el número uno en ganancias del circuito Curtis Strange, que ha superado ya el medio millón de dólares (más de 90 millones de pesetas). El equipo se completa con Ray Floyd, con 64,4 millones de pesetas; Lanny Wadkins, 61,4; Calvin Peete, 60,2; Mark O'Meara, 53, 7; Hal Sutton, 49,3; Craig Stadler, 48,2; Tom Kite, 39,7; Fuzzy Zoeller, 351,4; y Peter Jacobsen, 33,4. Green figura en el puesto 13, con 39,1 millones y North en el 16, con 35,2.

La balanza en cuanto a millones ganados no está equilibrada con respecto al equipo europeo, que por primera vez contará con la presencia de tres ganadores de grandes torneos: Ballesteros (Británico y Masters), el alemán occidental Langer (Masters) y Sandy Lyle (Británico). Lyle encabeza la lista de ganancias del circuito europeo con 155.303 libras esterlinas (unos 34 millones de pesetas), que es el dinero que ha ganado hasta el momento el jugador número 12 de Estados Unidos. El equipo europeo se completa con Langer, con más de 18 millones de pesetas ganadas; Sam Torrance, 15; lan Woosnam, 14; Paul Way, 13,2; Howard Clark, 13; Severiano Ballesteros, 12,8; Manuel Piñero, 10,1; José María Cañizares, 10; José Rivero, 9; Ken Brown, 8; y Nick Faldo figura en el puesto 36 con 3,7 millones. La Ryder se disputa durante tres días de competición, celebrándose doble jornada en los dos primeros días. El sistema de puntuación es el de match-play, donde el ganador es aquel jugador que emboca su bola en menos golpes.

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