Crítica:El cine en la pequeña pantalla

La herida del tiempo

Nada desaparece tan pronto como las modas, que unas veces reaparecen bajo etiquetas como retro o camp, mientras otras se van para siempre. El cine no clásico tiene que pasar esta dura prueba de la moda. El amor es alegre, el amor es triste en su momento fue un filme de moda, no, sólo en París, sino también en nuestras pantallas, que se vieron poseídas por un cierto culto a esta obra puramente de arte y ensayo.La película sorteaba muy bien su lastre teatral, su decorado prácticamente único, con unas gotas de frescura y espontaneidad. Jean Daniel Pollet realizó...

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Nada desaparece tan pronto como las modas, que unas veces reaparecen bajo etiquetas como retro o camp, mientras otras se van para siempre. El cine no clásico tiene que pasar esta dura prueba de la moda. El amor es alegre, el amor es triste en su momento fue un filme de moda, no, sólo en París, sino también en nuestras pantallas, que se vieron poseídas por un cierto culto a esta obra puramente de arte y ensayo.La película sorteaba muy bien su lastre teatral, su decorado prácticamente único, con unas gotas de frescura y espontaneidad. Jean Daniel Pollet realizó con talento esta historia sobre la vida de dos hermanos y la aparición en ella de nuevas alegrías. Lo mejor de la película -y difícil será que eso haya envejecido- es la interpretación de Bernadette Lafont. Por lo demás-, habrá que ver si el filme ha sufrido la herida del tiempo.

El amor es alegre, el amor es triste se emite hoy, a las 22.30, por la segunda cadena.

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