Bernard Hinault considera que los ciclistas españoles no son tan competitivos como en el pasado

El francés Bernard Hinault habló ayer, ante la Prensa internacional, de planes para el futuro, la situación del ciclismo mundial y los nuevos sistemas de preparación. Sobre sus teóricos rivales se limitó a manifestar que tienen un parecido nivel. Eludió toda referencia a su dominio y se limitó, entre una serie de preguntas, a matizar que, habida cuenta de la distancia que posee sobre el resto de los corredores, su intención actual en este Tour de Francia "es proteger a Greg Lemond". Los ciclistas españoles no escaparon a su definición: "No sé lo que les pasa; tengo noticias de que alguno estab...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El francés Bernard Hinault habló ayer, ante la Prensa internacional, de planes para el futuro, la situación del ciclismo mundial y los nuevos sistemas de preparación. Sobre sus teóricos rivales se limitó a manifestar que tienen un parecido nivel. Eludió toda referencia a su dominio y se limitó, entre una serie de preguntas, a matizar que, habida cuenta de la distancia que posee sobre el resto de los corredores, su intención actual en este Tour de Francia "es proteger a Greg Lemond". Los ciclistas españoles no escaparon a su definición: "No sé lo que les pasa; tengo noticias de que alguno estaba enfermo, pero han perdido competitividad. No sé; quizá sea que hay demasiada distancia entre la Vuelta y el Tour y que el Tour hay que prepararlo en serio durante, al menos, tres meses".

Más información

Llegó 42 minutos tarde. Bajó directamente de la bicicleta, tras haber realizado 70 kilómetros de entrenamiento. Medio centenar de periodistas esperaba en un pequeño jardín del hotel Des Alpes, en Saint Nizier. Anteriormente, un portavoz de La Vie Claire disculpó su tardanza, "aunque él sabía que tenía que estar aquí a las 11. Se habrá entretenido por la carretera". Un acordeonista amenizó la espera, mientras se sirvieron un vino y unos aperitivos.Hinault apareció sudando, se sentó en unas escaleras y procedió, durante 30 minutos, a contestar casi medio centenar de preguntas. Posteriormente, atendió a los medios radiofónicos, tras tomarse, también, una copa de vino. Hinault apenas fue entrevistado sobre el actual Tour. Cualquier pregunta sonaba a obvia y, en cualquier caso, era difícil evitar un asomo de ironía.

"La oposición parece muy débil", le indicaron. Y contestó: "En realidad, no tanto porque están todos juntos en el mismo margen de tiempo". Tal ironía se convirtió en sentencia cuando afirmó que no quedaban suficientes dificultades como para inquietarle. Hinault habló como un maestro, se expresó correctamente, contestó con soltura a todas las preguntas y analizó circunstancias futuras.

"Hay que ser realista. Los holandeses no son buenos escaladores, los belgas siguen teniendo como figuras a los corredores veteranos y los italianos se han acostumbrado a carreras fáciles y no pueden soportar la dureza del Tour. ¿Los españoles? No sé; algo les pasa, pero no son tan competitivos como otros años".

Elogios a los colombianos

Hinault sólo tuvo palabras de elogio para los colombianos: "Empieza a haber corredores colombianos que van cada vez mejor en el pelotón. No creo que pudieran hacer más de lo que hacen sí estuvieran en un equipo francés. Con respecto a Herrera, creo que es un águila en la montaña, aunque tiene dificultades en la contra reloj. De todas formas, no queda suficiente montaña como para que pueda inquietarme".

Hinault insistió en 1986 como fecha de su retirada. Anticipó que, en su último año, correrá la Vuelta del Colorado, prueba que se disputa en Estados Unidos y que compite por entrar con fuerza en el calendario internacional. Asimismo, aseguró su posible participación en la Vuelta a Colombia.

Sus planes a corto plazo parecen radicar en ofrecer una especie de magisterio sobre lo que debe ser el futuro de un equipo ciclista porque Hinault dedicó especiales alabanzas a su propio equipo, como explicación al dominio que ejerce en el presente Tour: "La temporada se prepara desde un principio. Nosotros no corrimos en pruebas especialmente duras y se pudo preparar un equipo pensando en el Tour. Aquí hemos llegado a tope y es difícil que haya una escapada sin contar con la presencia de un corredor de La Vie Claire. Ésa es la consigna que tenemos".

En otro momento volvió a insistir en la potencia de su equipo: "A partir del momento en que tenemos muchas posibilidades por contar con grandes corredores, se abre el abanico de nuestras estrategias". Finalmente, dijo: "Conozco bien a todos mis corredores. Viendo sus caras todas las noches, se quién se siente bien o quién está mal".

Capitulo especial de sus intervenciones fue el corredor estadounidense Greg Lemond, considerado ya como el delfín de Hinault: "Con la ventaja que tengo en este Tour, mi preocupación ahora es proteger a Lemond". Hinault dedicó párrafos especiales a glosar la colaboración que le ha prestado este corredor. Anticipó, personalmente, que Greg Lemond no se sentía arrepentido de haber abandonado el equipo Renault: "Voy a intentar llevarle al nivel más alto posible".

Hinault explicó que Lemond ejerce una fuerte labor de desgaste ante sus principales rivales porque impide sus escapadas y no deja que puntúen en las bonificaciones. Hinault anunció que en 1986, y después de haber igualado la cifra de Anquetil y Merckx como ganadores en cinco ocasiones del Tour, lo planificará todo para ayudar a Lemond. Nunca un corredor de la máxima categoría había anunciado un sacrificio similar en beneficio de su segundo de a bordo.

Lemond, preguntado por las palabras que le había dedicado su jefe de equipo, se mostró como un hombre esencialmente modesto: "Para mí es un honor aprender de Hinault".

Faltan buenos entrenadores

El resto de la disertación de Hinault resultó un breve ejercicio de recomendaciones: "Faltan buenos entrenadores y eso no es sólo una carencia en Francia, sino en el panorama internacional. Quizá las antiguas figuras sepan cómo se corre, pero no saben explicarlo. ¿Qué queda después de mí? Pues hay una serie de jóvenes que están a parecido nivel, que tienen carácter y que, con las suficientes energías, podrían llegar a ser mejores, pero han de aprender a correr y a tener temperamento, estudiarse los recorridos, saber atacar cuando convenga...".

Bernard Hinault tuvo una referencia amable para Laurent Fignon. "La lesión fue una situación dura para mí el pasado año y en esta ocasión le ha tocado a él. Es muy duro lo que le está ocurriendo". Hinault dejó que sus portavoces decidieran el final de la conferencia de prensa. Tras sus palabras, Hinault firmó algunos autógrafos.

Se duchó y procedió a comer con sus compañeros. Fue la jornada de descanso del campeón ciclista. Por la tarde, la televisión llenaba parte del espacio dedicado al Tour con un reportaje de 15 minutos sobre el presumible vencedor del Tour 85.

Archivado En