Reportaje:

La invasión de los yoqueis extranjeros

La llegada de yoqueis extranjeros al hipódromo español en las últimas semanas ha creado gran malestar entre los jinetes nacionales que se sienten relegados a un segundo plano. Unos opinan que se trata de una moda pasajera; otros, por el contrario, piensan que esto se debe a la escasa calidad de los españoles. La realidad es que el yoquei extranjero aprovecha su día de descanso en el Reino Unido para ganarse 200.000 pesetas, si bien se costea con ellas sus gastos y no cobra ningún tanto por ciento de los premios obtenidos.

"No creo que en España falten jinetes. Aquí hay buenos profes...

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La llegada de yoqueis extranjeros al hipódromo español en las últimas semanas ha creado gran malestar entre los jinetes nacionales que se sienten relegados a un segundo plano. Unos opinan que se trata de una moda pasajera; otros, por el contrario, piensan que esto se debe a la escasa calidad de los españoles. La realidad es que el yoquei extranjero aprovecha su día de descanso en el Reino Unido para ganarse 200.000 pesetas, si bien se costea con ellas sus gastos y no cobra ningún tanto por ciento de los premios obtenidos.

"No creo que en España falten jinetes. Aquí hay buenos profesionales, capaces de competir con cualquiera. La llegada de yoqueis de fuera es una moda pasajera. Ha sucedido que los que han venido han tenido la suerte de ganar". Así piensa Claudio Carudel, de 48 años, el yoquei más veterano del turf nacional, francés de nacimiento y considerado como el mejor de su especialidad desde hace años."El trabajo de un yoquei no consiste tan sólo en montar a un caballo en una carrera. Hay otra labor muy importante, que es la del entrenamiento, cuando se pone en forma al caballo, cuando se conocen sus manías. Este trabajo no lo pueden hacer los que vienen de fuera, que llegan tan sólo minutos antes de las carreras".

Swinburn, el primero

Walter Swinburn, de 21 años, ganador con el desaparecido Shergar del Derby de Epsom, una de las pruebas más importantes del mundo, fue el primero que vino a España, en el pasado otoño.Swinburn tuvo la suerte de ganar con Higinio el Memorial Duque de Toledo y, tras esta actuación, el propietario de este caballo, Alejandro Calonge, le contrató para varias carreras. Swinburn no ha podido venir a las dos primeras; a una de ellas, porque coincidió con un entrenamiento del Derby de Epsom. En su país ha ganado 398 carreras.

A Swinburn le sustituyó Tony Ives, ganador de 609 carreras, que durante dos domingos consecutivos ha viajado hasta la Zarzuela y ha vencido en varias pruebas, entre ellas el Oaks, con Enix. La otra prueba de los potros de tres años, el Derby, fue también para un jinete extranjero, John Reid, ganador de 509 carreras y asiduo visitante del hipódromo madrileño. Los tres jinetes ingleses montarán en el Gran Premio de Madrid, que se corre el día 30 de este mes.

Traer un yoquei extranjero a España no es demasiado caro. Walter Swinburn y Tony Ives cobran 200.000 pesetas, pero ellos se pagan el billete de avión y los gastos, y, además, no cobran el tanto por ciento del premio, que sí reciben los jinetes nacionales. John Reid viene a montar por 100.000 pesetas, descontados los gastos. Un sobresueldo para el domingo, el único día de la semana en que no hay carreras en el Reino Unido.

Miguel Alonso ha sido el preparador que en más ocasiones ha contado con los servicios de yoqueis de fuera. "Yo no soy el que contrato, sino el propietario", dice Alonso cuando se le pregunta que por qué trae tantos profesionales extranjeros. Pero no oculta la satisfación que le produce contar con ellos. "Me admira lo bien que cumplen las órdenes. Se suben al caballo y me da la sensación de que les voy diciendo lo que tienen que hacer y ellos lo hacen. En tan sólo 200 metros son capaces de conocer a un caballo".

Miguel Alonso no se atreve a decir si habrían ganado sus ejemplares sin las montas de estos jinetes. "'Esto es muy difícil de saber. Lo que sí es cierto es que la victoria de Merlín con Tony Ives fue sensacional. El caballo no es muy bueno e Ives lo bordó: fue la mejor carrera de Merlín".

Alonso piensa que en España sólo hay seis o siete jinetes buenos. "Si a mí y otros preparadores nos aseguraran que podíamos contar con uno de ellos en un gran premio, no vendrían los de fuera, pero esto es a veces imposible".

Lo cierto es que desde hace varias semanas muchos jinetes españoles se quedan en la tribuna viendo las carreras y su malestar es patente ante lo que ellos denominan la invasión de los extranjeros.

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