LA RUPTURA EN EL PCE

Carrillo considera que la dirección del PCE ha aplicado a sus seguidores la 'ley de fugas'

Santiago Carrillo, ex secretario general del PCE, declaró ayer que la decisión de la actual dirección del partido de "autoexcluirnos" es como si nos aplicaran la ley de fugas" (que permitía a la policía disparar sobre fugitivos), porque "no tienen el coraje político de expulsarnos". Carrillo pronunció estas palabras, saludadas con grandes aplausos, en el mitin que ayer organizó el comité regional del PCE de Madrid en la plaza de la Paja de la capital española, al que asistieron unas 2.000 personas. El líder comunista insistió en no renunciar a las siglas "ni a las señas de Identidad" del PCE, ...

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Santiago Carrillo, ex secretario general del PCE, declaró ayer que la decisión de la actual dirección del partido de "autoexcluirnos" es como si nos aplicaran la ley de fugas" (que permitía a la policía disparar sobre fugitivos), porque "no tienen el coraje político de expulsarnos". Carrillo pronunció estas palabras, saludadas con grandes aplausos, en el mitin que ayer organizó el comité regional del PCE de Madrid en la plaza de la Paja de la capital española, al que asistieron unas 2.000 personas. El líder comunista insistió en no renunciar a las siglas "ni a las señas de Identidad" del PCE, en la convicción de que "nosotros no somos una fracción, sino organizaciones regulares del partido".

La intervención de Carrillo estuvo precedida por las palabras del secretario general del comité regional de Madrid, Adolfo Piñedo, quien insistió en que "deberíamos de trabajar porque todos los comunistas pudiéramos ir juntos a las próximas elecciones" en lugar de intentar establecer "fantasmagóricas coaliciones", en clara alusión a la política convergente de Gerardo Iglesias.Piñedo hizo referencia en sus palabras a los momentos críticos por los que atraviesa el Partido Comunista de España, que no dudó en calificar como "los más graves de la historia del partido". Piñedo reclamó la necesidad de luchar por la unidad de los comunistas, cosa que fue repetida numerosas veces a lo largo del mitin por todos los participantes.

También fueron constantes a lo largo del acto político las referencias a la Unión Soviética y a la Revolución de Octubre, con la que -dijo Carrillo- se inició un ciclo histórico que concluirá necesariamente con la revolución mundial. Grandes pancartas que abogaban por la salida de España de la OTAN y con alusiones contra la visita de Ronald Reagan a nuestro país enmarcaban, sobre la fachada de la parroquia de san Andrés Apostol, la tarima en la que permanecían sentados Carrillo y los secretarios generales leales al histórico dirigente del PCE.

En la improvisada tribuna podía verse al concejal comunista Adolfo Pastor, al dirigente de Comisiones Obreras (CC OO) Julián Ariza, al secretario general del PCE de Euskadi, Ignacio Tierro, a Julio Pérez de la Fuente, secretario regional de los comunistas gallegos, y a Juan Villalba, secretario general del PCE valenciano, además de representantes de Canarias, Granada, Albacete, de las Juventudes Comunistas de Madrid y de Comisiones Obreras, la mayoría de los cuales intervinieron brevemente antes de dar paso a Santiago Carrillo, a quien Villalba calificó como "patrimonio irrenunciable del PCE".

La unidad comunista Carrillo, tras criticar la política económica del Gobierno con referencias a la amenaza de reducir las pensiones, el aumento del paro y al, a su juicio, extraordinario aumento de los beneficios de los empresarios, "que no ha redundado para nada en la creación de empleo", Carrillo se extendió en la actual crisis del PCE y abogó, como el resto de los oradores, por la necesidad de lograr la unidad de los comunistas cara a las próximas elecciones.

El líder comunista insistió en la necesidad de que vuelva al PCE el millón de votos "robados" por el PSOE en las elecciones de 1982. "Elecciones que nosotros no perdimos ese 28 de octubre, sino el 23 de febrero de 1981, porque el pueblo español, que tiene todavía la memoria histórica de la guerra civil, vio que la amenaza del golpe de Estado era una realidad".

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A este respecto Carrillo lamentó que la totalidad del Grupo Comunista en el Congreso de los Diputados no se mantuviera en sus puestos aquel 23 de febrero, sino que se "echara de bruces en el suelo" como la inmensa mayoría de los diputados. De ahí, según Carrillo, arrancó la decisión del pueblo de votar por el mal menor.

Carrillo acusó a la actual dirección del PCE de intentar desacreditar al partido y borrar las señas de identidad que lo ligan con latradición histórica del marxismo-leninismo, cosa que "nosotros reivindicamos", dijo. Tras invocar todos los mitos del pasado revolucionario del PCE, Santiago Carrillo advirtió a los seguidores de Gerardo Iglesias que la batalla continúa para nosotros".

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